Guerra en el Este

El alcalde de Mariúpol denuncia que Rusia usa crematorios móviles para "tapar las huellas de sus crímenes"

La invasión rusa, en directo

El eco siniestro de la matanza de Bucha retumba en Kiev

Las tropas rusas recrudecen el asedio a la ciudad portuaria mientras preparan una ofensiva final

Tropas rusas retiran decenas de cadáveres de las calles de Mariúpol

Tropas rusas retiran decenas de cadáveres de las calles de Mariúpol. /

El Periódico / Agencias

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Las tropas de Rusia han recrudecido el asedio contra Mariúpol -ciudad del sureste de Ucrania con salida al Mar de Azov- y se preparan para la ofensiva final tras varias semanas con la localidad sitiada. El alcalde de la ciudad, Vadym Boychenko, ha denunciado este miércoles que el Ejército ruso "está tratando de tapar sus huellas" y ha comenzado a operar con crematorios móviles para hacer desaparecer las "huellas de sus crímenes". Mientras, más de 150.000 civiles permanecen en una situación límite, sin servicios básicos como agua o calefacción y sin la posibilidad de abandonar la ciudad en condiciones seguras a través de corredores humanitarios.

Cuando se cumplen casi seis semanas de guerra desde que Rusia inició la invasión de Ucrania, el Ejército de Moscú anunció el martes la "ofensiva final" en Mariúpol, después de que venciera el plazo para que las fuerzas ucranianas depusieran las armas y abandonaran la urbe en dirección al territorio controlado por Kiev. Se trata de una ciudad fundamental para los rusos, pues les serviría para establecer un corredor terrestre entre las autodenominadas repúblicas independientes prorrusas de Donetsk y Lugansk -en la región del Donbás- con la anexionada Crimea.

"Los intentos de asaltar Mariúpol no se detienen. Los defensores de la ciudad mantuvieron una heroica defensa durante más de 40 días, refrenando las abrumadoras fuerzas de los invasores rusos", ha señalado el Alto Mando ucraniano.

El último análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra apunta que el Ejército ruso continúa golpeando Mariúpol usando artillería y fuerza aérea y "las fuerzas ucranianas parecen estar sosteniendo una resistencia organizada en algunas partes de la ciudad".

"Crematorios móviles"

En esta situación, el alcalde de Mariúpol, Vadym Boychenko, ha denunciado que las tropas rusas han comenzado a operar con crematorios móviles para hacer desaparecer las "huellas de sus crímenes". El primer edil ha señalado -en un mensaje en Telegram- que "después del genocidio generalizado cometido (en la ciudad de) Bucha, los principales líderes de Rusia han ordenado la destrucción de cualquier prueba de los crímenes cometidos por su Ejército en Mariúpol".

"Hace una semana, algunas estimaciones cautelosas situaron el número de muertos en 5.000. Pero dado el tamaño de la ciudad, la destrucción catastrófica, la duración del bloqueo y la feroz resistencia, decenas de miles de civiles de Mariúpol podrían haber sido víctimas de los ocupantes rusos", ha aseverado. Hasta el momento, no existe un balance preciso de víctimas en Mariúpol, pues la ONU -que realiza un recuento independiente- admite que faltan datos de zonas que, como Mariúpol, permanecen inaccesibles a día de hoy.

Soldados de las tropas pro-rusas retiran un cuerpo de una persona fallecida durante el ataque a la ciudad de Mariúpol.

Soldados de las tropas pro-rusas retiran un cuerpo de una persona fallecida durante el ataque a la ciudad de Mariúpol. / REUTERS / ALEXANDER ERMOCHENKO

En Mariúpol, una ciudad a orillas del mar de Azov que llegó a tener medio millón de habitantes, apenas quedan unas 160.000 personas que, según el gobierno de Kiev, están al borde de la catástrofe humanitaria, pues no disponen de agua, electricidad, medicinas ni otros servicios básicos debido a los ataques y el asedio de que son objeto desde hace semanas por las tropas rusas. A este respecto, el Ministerio de Defensa británico ha señalado que los rusos estarían impidiendo el acceso de la ayuda, "probablemente" para buscar que las fuerzas ucranianas "se rindan".

Corredores humanitarios

El alcalde de la ciudad cree que Rusia no tiene "ninguna prisa" por autorizar alguna operación humanitaria que logre evacuar por completo la ciudad y se está ocupando de silenciar a los testigos potenciales de las atrocidades que se están cometiendo. Boichenko ha lamentado los retrasos en las evacuaciones, a pesar de los teóricos acuerdos entre Kiev y Moscú, y ha apuntado que algunos ciudadanos directamente habían optado por salir en vehículos privados hacia Berdiansk, una localidad controlada por las tropas rusas, a través de una ruta "muy difícil e intermitente".

Este miércoles, Ucrania ha abierto 11 corredores humanitarios para evacuar a los civiles atrapados, aunque la viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk, ha precisado que quienes traten de huir de Mariúpol deberán usar sus propios vehículos. Hasta el momento, los intentos de llevar autobuses a la ciudad asediada para evacuar a los civiles han fracasado.

Asimismo, Boichenko ha acusado a los rusos de "reclutar a terroristas locales" y miembros de brigadas especiales para que les apoyen en estos cometidos. "El mundo no ha visto una tragedia de la magnitud de la que vive Mariúpol desde los campos de concentración nazis", ha reiterado Boychenko. Los "racistas convirtieron toda nuestra ciudad en un campo de exterminio. Desafortunadamente, la espeluznante analogía está ganando más y más confirmación. Esto ya no es Chechenia o Alepo (Siria). Este es el nuevo Auschwitz", ha zanjado.