Crisis en el este de Europa

La OTAN y EEUU vuelven a ofrecer diálogo a Rusia pero se preparan “para lo peor”

La Alianza Atlántica y Washington insisten en su política de puertas abiertas y rechazan por escrito las pretensiones de Moscú de impedir la adhesión de Ucrania y Georgia

El secretario general Jens Stoltenberg dice que están en un momento “crítico” y advierte de la posibilidad de desplegar la fuerza de reacción rápida en “cuestión de días”

Todo sobre la crisis entre Rusia y Ucrania: ¿qué está ocurriendo?

OTAN Stoltenberg

OTAN Stoltenberg / JOHN THYS / AFP

Silvia Martinez

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El Gobierno de Vladimir Putin ya tiene la respuesta escrita de la OTAN y de Estados Unidos a sus exigencias de no incorporar a Ucrania y Georgia a la organización militar trasatlántica y retirar las tropas aliadas de los países del este de Europa que se incorporaron a partir de 1997. Tanto el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, como el secretario de estado estadounidense, Antony Blinken, han dejado claro a Moscú que las puertas de la organización trasatlántica seguirán “abiertas” y que no habrá “concesiones” sobre un principio fundamental como es “el derecho soberano de cada país a escoger su camino”.

Pese a este portazo a unas de las principales exigencias de Moscú para impedir la adhesión de países de la órbita ex soviética como Ucrania y Georgia, tanto Blinken desde Washington como Stoltenberg desde Bruselas han vuelto a ofrecer diálogo y una “vía diplomática” seria para buscar soluciones al momento “crítico” para la seguridad euroatlántica en el que se encuentran, marcado por la concentración de más de 100.000 soldados en la frontera con Ucrania y nuevos despliegues, en forma de ejercicios militares rusos, en Bielorrusia. 

“Estamos viendo más tropas no sólo en Ucrania y sus alrededores, sino también en Bielorrusia, donde Rusia está desplegando miles de tropas, cientos de aviones, sistemas de defensa aérea S-400 y muchas otras capacidades muy avanzadas”, ha alertado en rueda de prensa el político noruego, para quien este movimiento de Moscú es un elemento evidente de que no solo no hay desescalada sino más tensión.

De ahí la nueva advertencia a Putin. “Aunque trabajamos para una buena solución y la desescalada también nos preparamos para lo peor”, ha recordado poniendo como ejemplo el envío de más barcos y aviones el flanco este, anunciado el pasado lunes, y la posibilidad de desplegar “en cuestión” de días la fuerza de reacción rápida de 5.000 soldados que lidera en estos momentos Francia para proteger a los aliados. “Para desplegarla necesitamos una decisión del consejo atlántico” pero “tenemos planes que pueden activarse en un plazo muy breve de tiempo”, ha avisado.

Pese a este aviso, el líder de la Alianza Atlántica ha insistido en que cree “firmemente” que las “tensiones y los desacuerdos” deben resolverse a través del diálogo y la diplomacia, no de la amenaza ni la fuerza, y que existe “margen de maniobra” para mejorar la cooperación en cuestiones de interés mutuo como el control de armamento, incluidas las armas nucleares y misiles de corta distancia, la reducción de riesgos para prevenir incidentes militares en mar o aire o la transparencia sobre los ejercicios militares. Cuestiones, ha dicho, que servirán también para aumentar la seguridad en el continente. 

La respuesta, que no se ha hecho pública, también incluye la oferta de reabrir las respectivas oficinas de la OTAN en Moscú y de Rusia en la sede de la Alianza Atlántica, porque mantenerlas cerradas “complica el dialogo”, así como retomar las reuniones del Consejo OTAN-Rusia para abordar en detalle todas estas cuestiones con el objetivo de evitar “un nuevo conflicto armado en Europa que sería algo extremadamente grave. Es algo que tenemos que evitar”, ha insistido Stoltenberg que considera que sigue existiendo un riesgo alto.