Después de 13 meses

El Líbano forma un gobierno en plena debacle económica

Najib Mikati presenta un Ejecutivo con 24 miembros, entre los cuales solo hay una mujer y se encuentran miembros de la corrupta clase política que ha provocado la crisis

La escasez de combustible ha empeorado aún más las condiciones de vida en el país, donde los libaneses cuentan con dos horas de electricidad diarias

El multimillonario Najib Mikati, tas ser nombrado jefe del Gobierno.

El multimillonario Najib Mikati, tas ser nombrado jefe del Gobierno. / Reuters

Andrea López-Tomàs

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El Líbano ya tiene gobierno. Finalmente, después de 13 meses de negociaciones y tres candidatos a primer ministro, el último de ellos, el multimillonario Najib Mikati, ha logrado presentar un Ejecutivo este viernes. Con tan solo una mujer entre sus 24 miembros, está integrado por algunas caras nuevas aunque la mayoría de sus componentes forman parte de la corrupta clase política que ha llevado al Líbano a la debacle económica. Mientras el 73% de la población libanesa se encuentra bajo el umbral de la pobreza, hay pocas expectativas puestas en este nuevo gobierno. 

Seis semanas y más de una docena de reuniones entre Aoun y Mikati acaban con el período más largo del Líbano independiente sin una autoridad ejecutiva. La libra libanesa, devaluada en un 90% en apenas dos años, no ha tardado en reaccionar al anuncio. Por la mañana, el valor del dólar rondaba las 18.000 libras libanesas. Tras la noticia, bajaba hasta las 15.000.  “Espero que podamos cumplir con las aspiraciones de la gente y al menos detener el colapso”, ha dicho Mikati, de 65 años, que ya fue primer ministro en el 2005 y entre el 2011 y el 2013.

Yusef Khalil, considerado el arquitecto del sistema financiero que ha llevado al Líbano a su peor crisis económica desde la guerra civil (1975-1990), ha sido nombrado ministro de Finanzas. El nuevo gobierno, por lo tanto, no está formado por un gabinete de especialistas no partidistas, tal y como exigió la comunidad internacional para desbloquear las ayudas acordadas. Mikati ha insistido que cuenta con respaldo internacional, aunque la población pone en duda que un Ejecutivo formado por los mismos de siempre sea capaz de cambiar la situación.

Sin combustible

La crisis del combustible, agravada en las últimas semanas por el inminente levantamiento de los subsidios, ha aumentado la urgencia de diplomáticos estadounidenses y franceses para que se forme un gobierno. Desde otoño del 2019, la crisis económica ha arrasado con todo: aumenta el desempleo, cierran empresas, se disparan los precios y muchos libaneses se ven forzados a abandonar su país en busca de una vida digna. Según el Banco Mundial, el Líbano sufre una de las peores crisis de la historia desde mediados del siglo XIX. El nuevo Ejecutivo abre camino a una posible reanudación de las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional. 

Paralizados por la ausencia de combustible, la sociedad libanesa pasa sus días haciendo cola en las gasolineras que disponen de él o a oscuras en algunos hogares que cuentan con apenas dos horas de electricidad diarias. Décadas de corrupción y de financiamiento insostenible han destrozado los sectores bancario, médico y educativo del país, que en el pasado, fueron referentes. Mikati ha pedido al pueblo libanés “abrocharse los cinturones de seguridad” ya que la nación se encuentra “en un estado de aterrizaje de emergencia”. 

Quién es considerada la persona más rica del país cuenta con un patrimonio neto de 2.800 millones de dólares, según Forbes, gracias a sus empresas de telecomunicaciones. Situado en alguna de sus mansiones en su norte natal, los libaneses le ven como un engranaje más del clientelismo del sistema político. Con su nuevo gobierno, el Líbano está más cerca de las ayudas que pidió al FMI, a EEUU, Francia y otros países, pero antes de que llegue la asistencia, es necesario la aplicación de reformas destinadas a aumentar la transparencia. En un país donde la corrupción ya se ha zampado al Estado, la esperanza es un bien muy escaso.