Protestas raciales

Trump dice que los asesores que filtraron información merecían "ser ejecutados"

La filtración de su estancia en un búnker durante las protestas raciales de 2020 enojó al entonces presidente de Estados Unidos

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En 2020, el expresidente estadounidense Donald Trump aseguró que sus asesores merecían "ser ejecutados" si estos revelaban algún tipo de información sobre su estancia en un búnker en la Casa Blanca durante las protestas antirracistas que se sucedieron en Estados Unidos en 2020. Trump aseguraba que quien había revelado datos sobre este episodio a la prensa había cometido un acto de traición y debía ser castigado.

Este y otros casos de la estancia del expresidente de EEUU en la Casa Blanca se describen en un nuevo libro que ha publicado Michael Bender, reportero del Wall Street Journal, al que ha tenido acceso la cadena CNN. El reportero recuerda en el libro como tanto Trump, la entonces primera dama Melania Trump y su hijo, Barron, fueron llevados a refugiarse al búnker subterráneo de la Casa Blanca durante las protestas masivas registradas frente a la sede de la Presidencia y en otras ciudades de EEUU por el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la policía.

En el libro titulado "Frankly, We Did Win This Election: The Inside Story of How Trump Lost", el periodista detalla cómo en los días posteriores a este suceso, Trump mantuvo una tensa reunión con altos responsables militares, las fuerzas del orden y los asesores del ala Oeste. Y en estas conversaciones, el exmandatario se quejó abiertamente por el hecho de que el suceso se hubiera filtrado a la prensa.

"Trump estalló en cuanto llegaron (los responsables) y les gritó (...). Fue el momento de mayor enojo que algunos asesores habían visto en el presidente", señala Bender. "¡Quienquiera que haya hecho eso, debería ser acusado de traición!" gritó Trump. "¡Deberían ser ejecutados!", sostiene el autor, cuyos extractos divulga la cadena estadounidense.

En ese momento, el que fuera jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, "trató repetidamente de calmar al presidente mientras sus ayudantes asustados evitaban el contacto visual", describe Bender. "Estoy en ello. Vamos a averiguar quién lo hizo", describe el reportero que garantizó Meadows a su jefe.

El presidente, estuvo enfadado por la filtración durante varios días, "preguntó repetidamente a Meadows si había encontrado al filtrador", y su principal ayudante se "obsesionó" con encontrar la fuente, indica el libro. El periodista explica que "quienes dijeron haber escuchado a Trump emitir esa advertencia habían interpretado el arrebato como una señal de un presidente que había entrado en estado en pánico".