Nuevo Ejecutivo en Italia

Primera trifulca en el Gobierno de Draghi por aplazar la apertura de las pistas de esquí

El ministro izquierdista Speranza ha pospuesto al 5 de marzo la fecha para abrir las instalaciones

Estación de esquí de Piani di Bobbio, en Valsassina

Estación de esquí de Piani di Bobbio, en Valsassina / EFE / Andrea Fasani

Irene Savio

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El Ejecutivo de Mario Draghi tiene solo ocho mujeres ministras en un Gabinete de 23 carteras, la variante inglesa del covid ya representa más de una quinta parte de los contagios (y hasta el 59% en algunas áreas), hay zonas donde los colegios están cerrados y preocupación porla debacle económica. Pero lo que ha generado la mayor tensión pública en Italia, y se ha convertido en la primera piedra en el zapato de Draghi, fue la decisión de bloquear la reapertura de las estaciones de esquí

El guión ha sido el habitual en la dialéctica entre partidos opuestos, salvo que en este caso los representantes de las formaciones enfrentadas forman parte de la misma coalición que, además, aún está a la espera de recibir el visto bueno del Parlamento. Dos ministros fueron los principales protagonistas de la contienda. Massimo Garavaglia, de la ultraderechista Liga y nuevo ministro de Turismo, quien acusó al ministro de Sanidad y firmante de la ordenanza, el izquierdista Roberto Speranza, de haber "faltado al respeto a los trabajadores de la montaña". 

La decisión de suspender la reapertura de las instalaciones de esquí hasta el 5 de marzo se tomó tan solo 24 horas antes de la reapertura prevista el lunes, lo que fue justificado por la alta circulación de la variante inglesa y con que decisiones similares han sido tomadas por Francia y Alemania. El resultado, la ira de muchos administradores y operadores turísticos de las regiones del norte, donde la Liga tiene su feudo. Según ellos, el daño estimado provocado por la decisión de posponer la actividad sería de 400 millones de euros, y por ello han pedido sustanciales indemnizaciones.

Oídos sordos

Otros llegaron a hacer oídos sordos a la medida de Speranza. Ha sido el caso, por ejemplo, de una estación de esquí en la Piana di Vigezzo, en la región de Piamonte, que abrió a pesar de la prohibición. El gesto sigue al de algunos propietarios de restaurantes que en las últimas semanas han retomado la actividad a pesar de estar en zonas consideradas de alto contagio. Algo que ha llevado a varios virólogos a insistir en que la situación aún es grave. “Mi planta está llena de pacientes infectados por las variantes. Pronto tendremos problemas graves”, ha dicho el doctor Massimo Galli, del hospital Sacco de Milán

La trifulca ha dejado en segundo plano otras críticas que, sin embargo, también salpicaron al nuevo primer ministro. Por citar una: su decisión de nombrar al ultracatólico Carlo Deodato como jefe de la oficina de Asuntos Jurídicos de presidencia de Gobierno, un puesto que lo coloca en la cima de la pirámide jerárquica del funcionariado público. El motivo es que Deodato se mostró en el pasado contrario a los matrimonios entre personas del mismo género, han recordado asociaciones LGBT.

Deodato “es un simpatizante de Comunión y Liberación y de las Sentinelle in Piedi (un movimiento considerado homófobo y que ha sido vinculado con ambientes de la derecha católica)”, ha explicado el periodista Simone Alliva. “¿Esto nos lo pide la UE?”, ha criticado la escritora Michela Murgia. 

Pero no es todo en las agitadas aguas de la política italiana. Antes todavía de que el Gobierno de Draghi obtenga la aprobación del Parlamento -algo que debería ocurrir este miércoles y jueves-, ya se ha asistido también a las riñas intestinas de un ala de los 5 Estrellas que no se decide sobre su apoyo al banquero, así como a la revuelta interna de las mujeres del Partido Democrático, furiosas después de que su formación no exigiese ni una mujer para los ministerios.