RELEVO EN EL PAÍS NIPÓN

Un continuista gana la carrera en su partido para suceder a Abe al frente del Gobierno japonés

Yoshiside Suga será escogido primer ministro el miércoles

Suga (derecha) recibe un ramo de flores tras convertirse en el lider del partido gubernamental de Japón.

Suga (derecha) recibe un ramo de flores tras convertirse en el lider del partido gubernamental de Japón. / periodico

Adrián Foncillas

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Yoshiside Suga ha sido elegido por el partido conservador para relevar a Shinzo Abe y liderar una nueva etapa en el Gobierno que se parecerá mucho a la anterior. La descomposición de la izquierda convierte el proceso sucesorio en un trámite: se daba por descontado que el actual secretario jefe del Gabinete ganaría la votación interna como es seguro que será investido primer ministro este miércoles en el Parlamento.  

Suga ha obtenido 377 votos de los 535 votos, con un océano de distancia sobre el exministro de Defensa, Shigeru Ishiba, y el ex jefe de Exteriores, Fumio Kushida. El inminente primer ministro había conseguido el apoyo de las principales facciones del Partido Democrático Liberal (PDL) y la controvertida exclusión de la votación de los miembros de base, inclinados hacia Ishiba, excluyó cualquier riesgo.  

<strong>Abe</strong> renunció el mes pasado a terminar su mandato por las complicaciones de su colitis ulcerosa crónica después de ocho años en el poder, un récord en un país que encadenaba efímeros primeros ministros. Suga será ratificado este miércoles en una sesión extraordinaria de la Dieta o Parlamento gracias a la mayoría de la coalición liberal en las dos cámaras. Entra las filas del PDl se especula con la posibilidad de que Suga convoque elecciones anticipadas en los próximos meses para asegurarse un mandato completo y blindarse ante las previsibles críticas de que no salió de las urnas. Taro Aso, el poderoso ministro de Finanzas, ha sido el último en defenderlas.  

Una discreta mano derecha

Suga ha sido la discreta mano derecha de Abe desde que este iniciara su segunda etapa en la jefatura del país. Desde la portavocía del Gobierno ha lidiado con los problemas que hereda ahora. No son pocos. La lista incluye los estructurales, como una economía gripada durante dos décadas que este año ha entrado en recesión, el envejecimiento de la población y la desigualdad de sexos.

Y los nuevos, como la lucha contra la pandemia o la gestión de los Juegos Olímpicos de Tokyo que, después de su suspensión, se celebrarán el próximo verano si el virus lo permite. También asume un contexto internacional complejo, en el que deberá afianzar los vínculos con el ganador de las elecciones de Estados Unidos, su paraguas militar, sin irritar a China, su flotador comercial y con la que acumula pleitos históricos y territoriales. 

El político de 71 años se entiende como un cinturón de seguridad ante ese amontonamiento de retos que desaconseja los experimentos. Suga se ha presentado como el candidato de la continuidad y proclamado la vigencia de las abenomics, la audaz fórmula de su predecesor que aúna los estímulos fiscales con la relajación de la política monetaria.  

Suga, hijo de un agricultor y ajeno a las estirpes políticas, es pragmático, conciliador y enemigo de la burocracia territorial. También ha defendido medidas que en su país son etiquetadas de reformistas como el aumento de la competencia entre los operadores de telefonía, la necesidad de adelgazar las instituciones financieras regionales o la introducción de casinos para estimular el turismo.  

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