crisis política en Brasil

El Tribunal Supremo impide que Bolsonaro nombre a un amigo al frente de la Policía Federal

Bolsonaro se desvincula del aumento de muertes por coronavirus en Brasil

Bolsonaro se desvincula del aumento de muertes por coronavirus en Brasil. En la foto, Maria Niva, de 63 años, junto a su nieta enferma en su casa en el barrio de Chácara Três Meninas, en la región metropolitana de Sao Paulo.  / periodico

Abel Gilbert

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El presidente brasileño Jair Bolsonaro encontró este miércoles un impensado límite político: un juez del Tribunal Supremo Federal (TSF), Alexandre de Moraes, suspendió el nombramiento al frente de la Policía Federal (PF) de Alexandre Ramagem, el actual jefe del servicio de inteligencia y amigo del clan familiar, especialmente del hijo del capitán retirado, Carlos Bolsonaro. El mandatario ha sido derrotado, al menos por ahora, en su intento de ubicar al frente de la PF a un hombre de su extrema confianza. La policía estaba investigando los grupos que realizan amenazas y difamaciones a través de las redes sociales. Así llegaron nada menos que a Carlos Bolsonaro. De Moraes aceptó un recurso presentado por el Partido Demócrata Laborista (PDT, centroizquierda) en el que se denuncia que el capitán retirado abusaba de su poder. El presidente quiso reaccionar y sus asesores le dijeron que era improcedente.

Es el segundo gesto del TSF que impacta en el Gobierno de ultraderecha, pero los dos casos están íntimamente conectados. Dos días antes, otro de sus ministros, Celso de Mello, aceptó la apertura de una investigación relacionada con los presuntos intentos de Bolsonaro de interferir las tareas de la PF para proteger a sus hijos. Al dimitir, el exministro de Justicia y Seguridad, Sergio Moro, acusó a su exaliado de tratar de controlar el cuerpo de seguridad para su propio beneficio. Como parte de ese deseo explícito ha colocado como sustituto de Moro a un abogado y pastor evangelista: André Mendonça. "En el área de seguridad pública, no se sabe cuántas balas tiene un revólver de 38", dijo el exdiputado federal Alberto Fraga.

Lluvia de críticas

El escándalo político tiene otra arista: la constante banalización de la pandemia. "¿Y qué? Lo siento, ¿qué quieres que haga? Soy el Mesías, pero no hago milagros", dijo el presidente el pasado martes cuando le preguntaron sobre el nuevo récord de muertes por coronavirus. Con los 474 casos registrados ese día, el gigante sudamericano suma 5.017 fallecidos a causa de la pandemia. Diversos diarios no pasaron por alto que ese número es mayor al computado en China, desde donde se propagó el covid-19 hacia el mundo. Bolsonaro recibió una catarata de críticas que atribuyó a una mala predisposición de la prensa a todo lo que dice y hace. "Lo que se espera del presidente no es un milagro. Se espera que tenga palabras de solidaridad y no que provoque una crisis semanal", dijo Miriam Leitão, columnista estrella de 'O Globo'.

El primer fallecimiento por coronavirus tuvo lugar el 17 de marzo. Las semanas transcurrieron en medio de la recurrente subestimación de los efectos de la pandemia por parte del presidente, al punto de calificarla de "gripecita", y la disputa de Bolsonaro con las regiones que decretaron contra su voluntad medidas de aislamiento social.

"Así es la vida"

"Nadie negó nunca que tendríamos muertes", dijo el capitán. "Lamento la situación por la que pasamos con el virus. Simpatizamos con las familias que perdieron a sus seres queridos, que la mayoría de ellos eran personas mayores, pero así es la vida. Por supuesto, morimos y queremos tener una muerte digna, ¿verdad? ", añadió.

El oncólogo Nelson Teich asumió como ministro de Salud hace 12 días. Días atrás consideró que en Brasil no se detectaba un crecimiento explosivo de casos de coronavirus. Pero este martes, Teich reconoció que Brasil está experimentando un período de evolución ascendente de la curva de casos y muertes. "Lo que debe quedar claro es que es un número que ha estado creciendo. Tenemos que abordar esto como un problema, un empeoramiento de la situación", dijo.

En este contexto, un grupo de entidades de la sociedad civil, dirigentes políticos y juristas, presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una denuncia contra el Estado brasileño por violar el derecho a la información clara, precisa y científica. La presentación se ha fundamentado en las acciones y declaraciones especialmente de Bolsonaro que han afectado la salud de los brasileños. "El Estado, a través de la presidencia de la República, no solo adoptó medidas contrarias al mantenimiento de las personas en aislamiento social, sino que también les dificultó la vida".