crisis política

Carlos Bolsonaro, el 'ministro' del odio de Brasil

Carlos Bolsonaro, con su padre, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

Carlos Bolsonaro, con su padre, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. / periodico

Abel Gilbert

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"La transformación que Brasil necesita no sucederá a la velocidad que queremos de manera democrática". A los 37 años, Carlos Bolsonaro amenaza con convertirse en algo más que una piedra en el zapato de su padre, el presidente, Jair Bolsonaro. Su cargo menor, legislador de la ciudad de Río de Janeiro, no se compadece con el peso que ha ganado dentro del Gobierno de ultraderecha. La Policía Federal acaba de identificarlo como uno de los integrantes clave de lo que se conoce como la "guerrilla digital" o el "ministerio del odio", y que no es otra cosa que una organización delictiva dedicada a la elaboración y difusión de noticias falsas para amenazar y difamar a opositores e incluso autoridades. 

Lo llaman 'Pitbull', en homenaje a esa temida mezcla canina de Bull and Terrier. Cuando los investigadores de la Policía Federal encontraron pruebas contundentes de su papel en los equipos de propagación de 'fake news', su padre no dudó en destituir a la cúpula de esa fuerza de seguridad y pagar el precio de desprenderse de <strong>Sergio Moro</strong>, su ministro de Justicia. 'Pitbull' calificó de "basura" y "chiste" las acusaciones en su contra, que pueden derivar en un escándalo mayúsculo. Pero las certezas se profundizaron desde el momento en que se supo que el presidente quiere poner al frente de la Policía Federal a Alexandre Ramagem, el actual director de los servicios secretos y amigo personal del concejal. El diario carioca 'O Globo' aseguró que el capitán retirado busca "convertir" a la policía "en una fuerza personal".

Una familia especial

Los tres primeros hijos de Bolsonaro tienen un papel relevante dentro del proyecto paterno. El senador Eduardo es el nexo con los grupos ideológicos más radicalizados. Llegó al ridículo de defender su postulación como embajador en Washington bajo el argumento de haber trabajado en una casa de comidas rápidas en Estados Unidos. El diputado Flavio está en la mira de los medios por sus vínculos con parapoliciales de Río de Janeiro sospechosos de estar involucrados en el asesinato de la concejal Marielle Franco, en el 2018.

Carlos parece ser la debilidad del padre. Para sorpresa de algunos ministros, le asignó un despacho contiguo al suyo en la sede del Ejecutivo. Desde ahí, 'Pitbull' le ha ladrado públicamente al vicepresidente, el exgeneral Hamilton Mourão. Le acusó de estar conspirando contra el mandatario desde un club de tiro en la sureña ciudad de Florianópolis y exhibiéndose con una pistola.

Las armas son para el hijo de apodo perruno un fetiche personal y una manera de comunicar a los brasileños hasta dónde es capaz de llegar el clan familiar. Dos semanas atrás, mientras en Brasilia el jefe de Estado acompañaba a un centenar de personas que se manifestaban frente a la sede del Ejército para pedir el cierre del Congreso y una intervención más decidida de los militares en los asuntos políticos, Carlos compartía en su cuenta en Twitter una filmación en la que una docena de bolsonaristas descargaban sus armas y gritaban eufóricamente el apellido del capitán retirado. 'Pitbull' se considera un cruzado, como buen Bolsonaro. Si no fuera por ellos, ha dicho, "todos estaríamos cortando caña en una dictadura del proletariado".