Estoy en Florencia, ¿me puede ayudar a llegar a España?

Las fronteras de Italia están abiertas. El problema es de qué manera entrar o salir. La suspensión de las conexiones aéreas con el país ha dejado a muchos españoles y otros extranjeros atrapados. La salida por carretera o tren tampoco es fácil. "Estoy en Florencia, ¿me puede ayudar a llegar a España?",  ha sido la llamada que más o menos casualmente ha recibido este miércoles este periodista.

Los consulados generarales de España en Italia han atendido durante las últimas horas consultas de 5.000 españoles deplazados o residentes en el país que han quedado atrapados a causa del coronavirus y de la prohibición de vuelos, informa Efe. Solo en Roma, el consulado general atendió el martes hasta 1.600 consultas. La avalancha de afectados fue tal que el cónsul atendió personalmente a un grupo de 40 personas en la puerta de la legación diplomática.  

<strong>Iberia y Vueling</strong> ha suspendido sus vuelos con Italia después de que el Gobierno español prohibiera los aterrizajes de los aviones procedentes del país. Alitalia ya no puede volar a España. Ryanair ha hecho lo propio y el último vuelo de esa compañía era ayer hacia París.  "¿Nos dejarán desembarcar en la capital francesa? ¿Tendremos que cumplir cuarentena en París?", se preguntaban algunos.  Nadie lo sabe.

Difícil movilidad

Desde Roma hacia Ventimiglia, en la frontera francesa, suben los trenes. Pero se ha llegar hasta allí. Y moverse por el país no es fácil. Para salir del municipio en el que resides te has de bajar un impreso de Interior, declarando por qué viajas. La mentira se paga con una multa de 226 euros y hasta puede que prisión durante tres meses.  

Quedan los ferries que desde Savona y Civitavecchia van a Barcelona, pero Grimaldi parece tener el portal parado. Le pones fecha y permanece paralizado. ¿Tal vez sea porque todos quieren irse en barco y el sistema está colapsado? Otra opción es bajar hasta Salerno, embarcarte en un Grimaldi de mercancías y llegar a Valencia. 

Para estar seguros, seguro, quedaría solo la salida como un inmigrante clandestino cualquiera. A nado, por Ventimiglia (los franceses lo tienen muy vigilado). Mejor por los Alpes (por ahí se les escapan muchos): se llega al Valle de Aosta y de allí a Francia. Solo uno de sus casi 126.000 habitantes ha atrapado el Covid-19. El frío de las nieves debe de ser demasiado hasta para un virus.