CRISIS ECONÓMICA

La economía de Rusia sigue estancada

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Marc Marginedas

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La economía de Rusia, sometida a un duro régimen de sanciones y afectada por el bajo precio del petróleo, se halla estancada desde hace cinco años y no consigue levantar cabeza. Rosstat, la agencia gubernamental de estadísticas, equivalente al INI español, ha dado a conocer este lunes unas nada halagüeñas cifras anuales de crecimiento del PIB para el 2019: un 1,3%, más de un punto por debajo de los números obtenidos en el pasado ejercicio.

Estos datos están en la linea de los adelantados por instituciones como el Ministerio de Desarrollo Economico, que había pronosticado una décima más de crecimiento, es decir, un 1,4%, o como el Banco Central, dirigido por Elvira Nabiúlina, que estableció un parámetro de crecimiento económico de entre el 0,8% y el 1,3%. Si se comparan con la misma variable registrada en el ejercicio del 2018, cuando se constató una expansión de la economía del 2,5%, se comprueba que la tendencia va a la baja, y que el escenario muy bien podría repetirse el año que viene, para el que el Banco Mundial ha augurado un ascenso del PIB de como mucho del 1,6%.

Muchos expertos vienen alertando de los peligros del estancamiento económico que ha sufrido sufrido Rusia en los últimos años, y que hace recordar a lo sucedido en las postrimerías del mandato de Leónidas Brezhnev como líder soviético. Cierto es que la recensión motivada por la caida de la cotización de la divisa local hace cinco años ha quedado definitivamente atrás, pero las magras cifras macroeconómicas no permiten a las familias y los individuos de a pie constatar mejoría alguna en sus condiciones de vida, contribuyendo a aumentar el poso de descontento que se va asentando entre los ciudadanos. 

Crisis muy diferente de las predecesoras

En el 2014, cuando estalló la crisis, "los rusos no sabían que, a diferencia de las precedentes crisis de 1998 y 2008, ésta se extendería durante muchos años", <strong>valoró</strong> el pasado noviembre el portal Meduza. "Ajustado a la inflación, los ingresos medios de los rusos son menores de lo que eran en el 2014", es la conclusión a la que llega la publicación. De hecho, tras cuatro años de intensas caídas en la cantidad de dinero disponible para las familias, que llegaron a totalizar casi el 10%, solo en los ejercicios del 2018 y el 2019 se ha producido una raquitica recuperación del 0,2% 0,1%.

Ni el gasto en educación o sanidad, ni las importaciones, ni siquiera el dinero invertido en defensa, un sector traducionalmente mimado por el Estado, han recuperado los niveles previos al fatídico 2014, año en que la caída de los precios del petróleo y las represalias económicas internacionales por el papel de Rusia en la guerra de Ucrania desencadenaron una recesión cuyos efectos se siguen sintiendo aún.