EL FUTURO DE EUROPA

La UE a Londres: "Estamos preparados para ser ambiciosos"

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el del Parlamento, David Sassoli; y la de la Comisión, Ursula von der Leyen, este viernes en una rueda de prensa en Bruselas.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el del Parlamento, David Sassoli; y la de la Comisión, Ursula von der Leyen, este viernes en una rueda de prensa en Bruselas. / periodico

Silvia Martinez

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El divorcio euro-británico ha necesitado 32 meses de negociaciones, casi 30 votaciones en Westminster100 reuniones del grupo de alto nivel del 'brexit', 17 comparecencias ante el Parlamento Europeo del negociador jefe, Michel Barnier, y se ha llevado por delante a dos primeros ministros británicos, David Cameron y Theresa May. Pero esto, según el político francés ha sido lo fácil. Ahora empieza lo verdaderamente "difícil": negociar un acuerdo económico y comercial "ambicioso" y a gusto de ambos bloques. Una segunda fase que llega con un problema añadido: el tiempo. Londres y Bruselas tendrán menos de 11 meses -lo que durará el período transitorio- para lograrlo.

Un plazo insuficiente según la Comisión Europea, que tardó siete años en negociar su acuerdo de libre comercio con Canadá y más de dos décadas con los países de Mercosur. "Es imposible concebir en 11 meses un sistema comercial nuevo. No es realista pero si Boris Johnson quiere un acuerdo en 11 meses con cero cuotas y cero aranceles nos tiene que dar garantías de que habrá cero 'dumping'", secundaba esta semana la ministra de Asuntos Europeos de Francia, Amelie de Montchalin.

El Gobierno británico todavía no ha fijado posición pero sí ha avanzado que no quiere ni mercado interior (libre circulación de personas, capitales, bienes y servicios) ni unión aduanera ni estar vinculado a las decisiones del Tribunal de Justicia de la UE. Quiere cortar lazos radicalmente con la UE y esto limitará las opciones de la relación. Sobre la mesa hay distintos modelos posibles de acuerdo -Noruega, Suiza, Ucrania, Turquía o Canadá, entre otros- pero todo dependerá de las líneas rojas de Londres.

Igualdad de condiciones, clave

La UE está dispuesta a ofrecer un acuerdo inédito, sin precedentes, con aranceles y cuotas cero pero a cambio exige el mantenimiento de los estándares sociales, medioambientales, sanitarios o fiscales para evitar que el Reino Unido se convierta en una especie de Singapur a orillas del Támesis, que haga competencia desleal a las empresas europeas desde el otro lado del Canal de la Mancha.

"Sin igualdad de condiciones en medio ambiente, empleo, fiscalidad y ayudas de estado no podrá haber un acceso al mercado único de alta calidad. Si no eres miembro no puede mantener los beneficios de ser parte", han avisado en una carta conjunta los presidentes de las tres instituciones, Charles MichelUrsula von der Leyen y David Sassoli, que han elegido el Parlamentarium, el centro de visitantes del Parlamento Europeo, para decir este viernes su último adiós y prometer un nuevo amanecer para Europa. "Nuestra intención es ser leales como lo hemos sido estos últimos tres años. Deseamos mantener la relación más estrecha posible con Gran Bretaña", pero "cuanto más decida divergir de los estándares europeos menos acceso tendrá al mercado interior", ha insistido Michel. "Queremos tener la mejor relación posible pero nunca será como la pertenencia", ha añadido Von der Leyen, que ha resumido su estado de ánimo con una frase de Jean Monnet, padre fundadore de la UE: "No soy optimista, no soy pesimista, estoy determinado".

Mandato negociador, este lunes

Así afrontan esta nueva etapa. Convencidos de que la unidad hace la fuerza, de que el aislamiento es negativo y de que los nuevos desafíos -cambio climático, seguridad o digitalización- no se pueden afrontar en solitario. Una unidad cuyo máximo exponente ha sido y seguirá siendo Barnier, que este lunes 3 de febrero presentará el mandato negociador que tendrán que ratificar -el 25 de febrero- los 27. Se trata de una guía con las prioridades de la UE para la negociación que arrancará previsiblemente a principios de marzo.

El mandato incluirá una pata económica, con aspectos comerciales, la pesca y el mantenimiento de los estándares, otra relativa a la seguridad y una tercera sobre gobernanza para velar por la aplicación del acuerdo. Dada la urgencia, lo prioritario para Barnier será un acuerdo de mercancías; estándares equivalentes en materia medioambiental, laboral, fiscal y de ayudas de estado para proteger a trabajadores, consumidores y empresas europeas de una eventual competencia desleal británica; un pacto pesquero con acceso al caladero británico para la flota pesquera europea así como nuevas normas en seguridad.

Rondas cada tres semanas

Si Londres quiere negociar otras cuestiones tendrá que pedir una extensión del período transitorio que expira el 31 de diciembre, a más tardar a finales de junio. Algo que Johnson jura no tiene intención de hacer. La nueva etapa se estructurará entorno a una decena de grupos técnicos de trabajo, que implicarán a sesenta eurofuncionarios, que celebrarán reuniones cada tres semanas con los equipos británicos lo que significa que hasta junio, en que tendrá lugar la primera reunión de alto nivel UE-Reino Unido, podría haber cuatro o cinco rondas como máximo.

"Junio será el momento en revisar la situación", apuntan fuentes comunitarias. Para entonces ambas partes tendrán que haber terminado la evaluación de equivalencias y determinar si los servicios financieros, un sector clave para la City de Londres, pueden continuar con sus operaciones transfronterizas. El pacto, en todo caso, tendrá que estar concluido para octubre, con tiempo suficiente para completar la ratificación parlamentaria antes del 31 de diciembre. No llegar a un acuerdo significaría de nuevo el riesgo de un 'brexit' abrupto y quedarse a expensas de las reglas de la OMC en las relaciones con el Reino Unido.