Una mujer alcanza por primera vez la presidencia de Grecia

El parlamento griego, en casi un consenso total —261 votos a favor de 300 totales—, ha elegido este miércoles a Ekaterini Sakelaropulu, una jueza de 63 años, como la primera mujer presidenta del país.

Progresista, Sakelaropulu fue propuesta por el nuevo ejecutivo conservador griego, liderado por Kyriakos Mitsotakis, de Nueva Democracia (ND). Es una tendencia en Grecia: los sucesivos gobiernos conservadores proponen, para la presidencia, una persona progresista; los ejecutivos progresistas, presidentes conservadores.

Alexis Tsipras, cuando fue primer ministro, escogió a un presidente de ND. De esta forma, el parlamento griego da una imagen de consenso para un cargo, el de la presidencia, con muy pocos poderes políticos. Así, a Sakelaropulu, además de ND, también le han votado a favor el partido de Tsipras, Syriza —desde este verano principal partido de la oposición— y los socialdemócratas del Movimiento del Cambio, lo que antes era el Pasok.

«Grecia entra hoy en una nueva era. El país entra en el tercer decenio del siglo XXI con una mujer presidenta. Deseo a la señora Sakelaropulu una presidencia exitosa», ha dicho Mitsotakis este miércoles tras la elección. Mitsotakis, de hecho, había sido muy criticado porque en su ejecutivo, que arrancó el pasado julio tras unas elecciones en las que la conservadora ND arrasó en buena parte de Grecia, la presencia de mujeres era casi anecdótica: solo dos de los 18 ministerios de su gabinete están ocupados por mujeres. Son el de Educación y el de Cultura y Deportes.

Primera en todo

No es la primera vez que Sakelaropulu es elegida primera en algo. En 2018 fue, también, la primerísima en ser escogida presidenta del Tribunal Supremo Administrativo griego. Entonces, Sakelaropulu fue propuesta por el gobierno de Syriza.

«Le aseguro al parlamento que daré todo lo mejor de mí para cumplir con mi rol constitucional —ha dicho Sakelaropulu, que no jurará su cargo hasta el 13 de marzo—. Sé la responsabilidad que mi cargo otorga, y estoy deseando ayudar a construir una sociedad que respete los derechos, cure las heridas del pasado y pueda mirar de forma optimista al futuro».

Sus deseos no serán fáciles de cumplir: Grecia apenas empieza a despuntar de una crisis económica que ha causado un decenio de depresión y pobreza casi extrema. Y eso no es todo, porque a la económica se suma una crisis migratoria que ha atrapado en Grecia a más de 100.000 refugiados, la mayoría de los cuales quedan encerrados en las islas griegas en campos tan insalubres como infames.