75º ANIVERSARIO DEL DESEMBARCO DE NORMANDÍA

Desembarco de Normandía: la alianza que derribó el muro del Atlántico

Las fuerzas aliadas durante el desembarco en una playa de Normandía, el 6 de junio de 1944.

Las fuerzas aliadas durante el desembarco en una playa de Normandía, el 6 de junio de 1944. / periodico

Eva Cantón

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"La guerra se ganará o se perderá en estas playas". En abril de 1944, el mariscal alemán Erwin Rommel, responsable de la defensa del muro del Atlántico, un fortín de más de 4.000 kilómetros que se extendía desde los Pirineos hasta Noruega construido por Hitler para proteger el flanco oeste europeo, sospechaba que los aliados intentarían la invasión por Normandía.

Pero en Berlín se preparaban para otro escenario. La obsesión de los aliados por ocultar sus planes se materializó en una campaña de intoxicación para convencer al Ejército alemán de que el desembarco sería en Pas de Calais, más cerca de Inglaterra que la escarpada costa normanda.

Un agente doble que trabaja para los británicos, <strong>el catalán Juan Pujol</strong>, alias 'Garbo', inundó los servicios secretos alemanes de mensajes falsos para persuadirles de que el plan de Normandía era una cortina de humo, cuando la mayor operación militar de todos los tiempos, preparada minuciosamente en seis meses, ya estaba en marcha. Fue un desafío monumental que trasladó al sur de Inglaterra seis toneladas de material, 1,5 millones de soldados y preparó en secreto a las tropas para el 'Día D'.

La invasión aliada de Europa arrancó el 6 de junio de 1944, 15 minutos después de la media noche. Mientras una nube de 18.000 paracaidistas se extendía en la oscuridad, una armada colosal comenzaba a llegar a las playas de Utah, Omaha, Juno, Gold y Sword. Desde Cotentin hasta la embocadura del Orne, 7.000 barcos salen de la niebla y 150.000 hombres asaltan el muro del Atlántico.

Horas antes, en el cuartel general aliado de Bushy Park (Londres), el general Dwight Eisenhower, comandante supremo de las fuerzas aliadas, escucha la opinión de los meteorólogos, guarda unos minutos de silencio y dice: 'Ok. Let's go'.

En Francia, los aliados contaban con el apoyo de la resistencia, sin armas pero con capacidad para transmitir información y sabotear las maniobras de los alemanes. La BBC difunde el 5 de junio tres versos del primer poema escrito por Verlaine, la señal de que el desembarco es inminente.

No todo salió como estaba previsto. Algunos objetivos no se alcanzaron y hubo errores de consecuencias dramáticas, como la carnicería de Omaha Beach, pero la operación fue un éxito y las defensas costeras alemanas desaparecieron en horas.

Sin embargo, el Ejército alemán opuso una fuerte resistencia en el interior de Normandía y tras una batalla sangrienta la retirada solo empieza el 21 de agosto. La victoria aliada permite liberar París y el resto del territorio francés ocupado por Alemania con un trágico balancePierden la vida 37.000 soldados aliados, 55.000 alemanes y 20.000 civiles.

La batalla de De Gaulle

Mientras, el general De Gaulle, a quien los aliados mantienen al margen de los preparativos de la invasión, libra su particular batalla política negándose a que los americanos piloten la liberación y establezcan una administración militar en territorio francés.

Desde Argel, al frente del Gobierno provisional de la República francesa, su intención es remplazar al Gobierno colaboracionista del mariscal Pétain. Aunque antes tiene que vencer las resistencias de Franklin Roosevelt, opuesto a un Gobierno no elegido democráticamente. El presidente norteamericano claudica y De Gaulle logra la legitimidad de los aliados para ponerse al frente de la reconstrucción. El general no participó jamás en las conmemoraciones del desembarco de Normandía.

Inmortalizada y magnificada por Hollywood, la operación Overlord no es solo la epopeya del soldado <strong>John Steele</strong> enganchado en el campanario de Saint-Mère Eglise. Es el infierno de Omaha Beach, el martirio de la población de Normandía, arrasada por el bombardeo masivo de la aviación aliada, las ciudades y pueblos devastados, los fusilados por el Ejército alemán batiéndose en retirada y los últimos trenes de deportados. 

El día más largo

Pero la ofensiva de Eisenhower cambió el rumbo de la segunda guerra mundial. En la madrugada del 24 de agosto, la segunda división blindada del general Leclerc, a la que pertenecen los españoles de 'La Nueve', entra en París. Un día después, el general Von Choltiza firma la rendición alemana y De Gaulle recorre los Campos Elíseos aclamado por los parisinos.

Cuatro meses antes, el mariscal Rommel le había dicho a su ayudante de campo: "Créeme, Lang, las primeras 24 horas de la invasión serán decisivas. La suerte de Alemania dependerá de ella. Para los aliados y para nosotros será el día más largo". Setenta y cinco años después, la costa normanda mantiene las cicatrices de la guerra en un paisaje de búnkeres abandonados, cráteres que las bombas abrieron en las rocas y cementerios militares donde se pierde la vista.

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