freno a la inmigración

La UE contará con 10.000 guardias para blindar sus fronteras en el 2027

El Parlamento Europeo avala el incremento de los efectivos hasta los 5.000 en 2021 y duplicar el número seis años después

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Silvia Martinez

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La reforma de la Guardia Europea de Fronteras y Costas, una de las máximas prioridades políticas de la Comisión Europea desde que la crisis migratoria en el Mediterráneo sorprendiera a los gobiernos europeos en 2015, ya tiene vía libre del Parlamento Europeo que ha concluido este miércoles la tramitación del plan con la aprobación del reglamento con 403 votos a favor, 162 en contra y 44 abstenciones. El compromiso central: aumentar los efectivos disponibles para blindar las fronteras europeas hasta los 5.000 en 2021 y los 10.000 para el año 2027.

Según el nuevo reglamento pactado con los Veintiocho, de los 10.000 guardias con los que contará el cuerpo dentro de ocho años, solo 3.000 serán contratados directamente por la agencia Frontex. El resto serán asignados de forma gradual por los Estados miembros que deberán establecer un grupo permanente de reserva con 1.500 efectivos para operaciones de larga duración y otro equipo de reserva de 5.500 personas para desplazamientos más cortos, además de un equipo de reacción rápida. 

Un cambio importante ya que actualmente la agencia depende exclusivamente de las contribuciones de los Estados miembros para actuar. Tras la reforma, ha apuntado este miércoles el comisario de inmigración, Dimitris Avramoulos, “tanto la agencia como los Estados miembros tendrán las herramientas para anticipar y responder a futuras crisis en las fronteras exteriores”. El despliegue comenzará en 2021 y tres años después, el Ejecutivo comunitario realizará un primer balance. En función del resultado, presentará propuestas para ampliar o reducir el cuerpo.

Autorización de los Estados miembros

Pese a los planes iniciales de la Comisión Europea de dotar de una mayor soberanía al cuerpo para evitar la repetición de situaciones como las vividas en las islas griegas, finalmente la agencia solo podrá desplegar sus efectivos en el territorio de un determinado Estado miembro previa autorización del mismo. Esto significa que no podrá poner en marcha ninguna misión en contra de la voluntad de un país afectado por un repunte migratorio. Dicho Estados miembro también tendrá que autorizar, por ejemplo, el uso de la fuerza o de armas por parte de los equipos de Frontex.

La reforma sí permitirá a Frontex tener un papel más significativo en las operaciones de repatriación e identificación de inmigrantes y establecer una mayor cooperación con países terceros, incluida la negociación de acuerdos para el despliegue de equipos en dichos países al estilo de la misión de formación que opera en Libia. “Marcará la diferencia en nuestra gestión de las fronteras exteriores”, augura la ponente de la Eurocámara, Roberta Metsola

Según ha destacado la eurodiputada maltesa, “si se diera una crisis similar a la de 2015 países como Malta contarán con personal adicionales para ayudarles a hacer frente a la situación”. Pero no todos los grupos en la Eurocámara están igual de satisfechos con el resultado. “El reglamento es el culmen de prácticas inhumanas. Es el brazo armado de la Comisión Europea para que nadie ponga un pie en la UE. Es el sueño de la extrema derecha hecho realidad por los socialdemócratas, conservadores y liberales”, ha criticado la eurodiputados de Izquierda Unida, Marina Albiol.