ELECCIONES EN TURQUÍA

"Hay una política de aniquilación contra el pueblo kurdo"

Entrevista a Ahmet Türk, líder histórico del movimiento nacionalista kurdo y candidato a la alcaldía de la provincia de Mardin

De izquierda a derecha, los candidatos a la alcaldía de la provincia de Mardin Figen Altindag  y Ahmet Türk, y Fatma Yilmaz, aspirante a la alcaldía del distrito central de Mardin.

De izquierda a derecha, los candidatos a la alcaldía de la provincia de Mardin Figen Altindag y Ahmet Türk, y Fatma Yilmaz, aspirante a la alcaldía del distrito central de Mardin. / periodico

Adrià Rocha Cutiller

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Ahmet Türk (MardinTurquía, 1942), le hace falta usar varios dedos de las manos para contar el total de veces que ha estado metido en la cárcel: una infinidad de ocasiones, tanto en el siglo XX, en la época de los golpes de Estado constantes en Turquía, como en el siglo XXI.

Durante su larga carrera política —es uno de los parlamentarios más longevos del país anatolio—, Türk ha sido líder de varios partidos prokurdos: cuando le ilegalizaban uno creaba otro, y así. En el 2014, ganó la alcaldía de la provincia de Mardin, en el sudeste de Turquía, de donde fue expulsado en el 2016 por el Gobierno de Erdogan. Entonces fue encarcelado por tres meses.

Ahora, pese al enorme riesgo de que le vuelva a pasar exactamente lo mismo, lo intenta de nuevo. En plena campaña electoral, antesala de las elecciones locales del 31 de marzo, se sienta a hablar con EL PERIÓDICO.

Usted ganó las últimas elecciones en Mardin, pero después fue detenido y expulsado de la alcaldía. ¿Cree que le volverá a pasar?

En Turquía no es fácil hablar de que haya un Estado de derecho o justicia. Nosotros conseguimos muchas alcaldías y en 98 nos expulsaron y pusieron un interventor. Esto es un ataque contra la voluntad popular. Ahora dicen que si ganamos de nuevo nos van a volver a echar, pero para nosotros lo importante es que se haga patente la voluntad del pueblo. Para nosotros es importante ver la respuesta del pueblo [ante lo que ha sucedido] y cuáles son sus opiniones.

Por lo tanto contemplan que les echen y detengan de nuevo.

Claro, son cosas que pueden pasar. Ya nos lo han hecho antes. El hecho de que cada vez que salgamos elegidos nos expulsen es saltarse la ley. Pero creo que van a ver que no les será fácil hacerlo dos, tres veces. Somos gente elegida democráticamente por el pueblo.

Gente que ya fue expulsada una vez.

Lo que vemos es que el Gobierno utiliza varias políticas de aniquilación. Hay una política contra el pueblo kurdo, de convertirle en enemigo. Y nuestra lucha no es solo por convertirnos en alcaldes, sino contra esta política contra el pueblo kurdo. Sabemos que los pueblos bajo regímenes autoritarios, dictatoriales y unipersonales pagan un precio muy alto. Pero estamos luchando para convertir esta república en una república democrática.

Entonces, si todo está tan claro, si les van a echar, ¿para qué presentarse de nuevo a la alcaldía?

No es solo una lucha para convertirme en alcalde sino una lucha por la democracia. Por eso no pensamos mucho en que nos van a echar del cargo. Ellos sabrán sus motivos para matar la democracia. El presidente Erdogan dice que Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, ha sido elegido por el voto popular, y que, por lo tanto, hay que respetarlo; pero aquí coge a 98 alcaldes elegidos democráticamente y los echa de sus puestos. Estas contradicciones las debería ver todo el mundo, que debe darse cuenta de cómo se han cargado la democracia en este país.

Mardin es una de las provincias más pobres de Turquía. Usted fue alcalde durante dos años. ¿Tiene alguna parte de responsabilidad? ¿Qué propone para cambiarlo?

Tenemos proyectos en marcha. Mardin es una ciudad de cultura y turismo y nuestra intención es meter a más gente en este sector y crear cooperativas que lleven ingresos a las familias. Tenemos que trabajar más. Pero en sitios como Mardin, donde hay un 40% de paro juvenil, si el Estado no hace nada en el ámbito del empleo y la producción, el ayuntamiento no tiene capacidad, por sí solo, de solucionar el problema. Si alguien dice que el ayuntamiento puede acabar con el desempleo, miente.