CRISIS EN LONDRES

May pide garantías de que la solución para Irlanda será temporal

La cancillera Angela Merkel (derecha) saluda a la cancillera Angela Merkel en Berlín.

La cancillera Angela Merkel (derecha) saluda a la cancillera Angela Merkel en Berlín. / periodico

Silvia Martinez / Bruselas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La dura oposición que se ha encontrado Theresa May en el Parlamento británico al acuerdo del ‘brexit’ ha obligado a la primera ministra británica a realizar este martes un tour de urgencia por La HayaBerlín y Bruselas, en un intento a la desesperada de encontrar una salida al caos político que tiene en casa, y que le llevó el lunes a aplazar la votación del acuerdo de divorcio. De momento, regresa a Londres de este periplo con las manos vacías y un mensaje rotundo de la UE: no habrá renegociación.

May sabe que el pacto del 'brexit' es el único posible pero ha cruzado el Canal de la Mancha con un objetivo: buscar "garantías adicionales jurídicamente vinculantes”, según el secretario de estado para el ‘brexit’Martin Callanan, de que el mecanismo de salvaguarda –o ‘backstop’ en la jerga comunitaria- diseñado para evitar una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del norte no mantendrá indefinidamente atrapado al Reino Unido en la unión aduanera, tal y como han alertado los servicios jurídicos del Gobierno británico.

La formulación para evitarlo, si es que consigue arrancar algún tipo de compromiso, sigue siendo un misterio. “No queremos que se utilice pero si se utiliza tendrá que ser solo de forma temporal y esa garantía es la que buscaré de mis colegas en los próximos días”, ha explicado May tras reunirse una hora con el presidente de la UE, Donald Tusk, durante una minigira en la que asegura haber visto "determinación compartida" para abordar el problema. “Está claro que los 27 quieren ayudar. La cuestión es cómo”, ha admitido sin más precisiones el polaco tras el encuentro, un día después de decir que están dispuestos a facilitar la ratificación en Westminster pero no a reabrir la negociación.

Aclaraciones, sí

¿Cómo deben ser esas aclaraciones? ¿Bastaría una declaración política como la arrancada por España sobre Gibraltar y la futura relación que se incorporó a las actas de la reunión de finales de noviembre? ¿O debería ser una decisión similar a la adoptada por el Consejo Europea para aclarar las dudas de Holanda tras el rechazo de los holandeses en referéndum al acuerdo de asociación entre la UE y Ucrania?  

“Vamos a ver cual es el tipo de aclaración que pide. Es interesante ver en algunos medios ya ha salido que pide una aclaración interpretativa con valor jurídico, lo cual se parece muchísimo a las declaraciones que obtuvo España hace 15 días, cuyo valor jurídico ha sido cuestionado. Tendría su aquel que esta vez sea el Reino Unido quien jure y perjure que este tipo de declaraciones tiene valor jurídico”, ha ironizado el secretario de estado para asuntos europeos, Luis Marco Aguiriano.

May no lo ha aclarado. Su viaje de urgencia a La Haya ofrece una señal en esa dirección pero está por ver si un apaño así sería aceptable para los 27 y suficiente para decantar la balanza en Londres. En 2016 los holandeses rechazaron en referéndum el acuerdo de asociación entre la UE y Ucrania y el primer ministro, Mark Rutte, tuvo que regresar a Bruselas a pedir aclaraciones adicionales. Tuvo éxito y logró que sus socios pusieran por escrito en una declaración legalmente vinculante que el acuerdo no le concede a Kiev ningún estatus de candidato a la adhesión. De no haber sido así, el acuerdo no habría obtenido el aprobado en La Haya ni entrado en vigor a nivel europeo.

Renegociación, no

“No tengo problemas con declaraciones que aclaren lo que hay en el acuerdo de retirada pero ninguna declaración aclaratoria puede contradecir lo que hay en el acuerdo de retirada”, zanjó el lunes el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, que se reúne este miércoles en Dublín con May, antes de que ambos se desplacen al Consejo Europeo el jueves. La UE ya ha dejado claro que los textos cerrados tras 17 meses de negociaciones –el Tratado de salida de 585 páginas y la declaración política sobre la futura relación- no se tocan. 

Y lo ha vuelto a repetir el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, el último en reunirse este martes con May durante hora y media. “Sigo convencido de que el acuerdo del ‘brexit’ que tenemos es el mejor y el único posible. No hay ningún tipo de margen para la renegociación” pero “hay margen suficiente para ofrecer nuevas clarificaciones e interpretaciones sin reabrir el acuerdo de salida”, ha indicado sobre la salvaguarda para Irlanda.

Antes de aterrizar en Bruselas, la británica ha hecho una primera parada en La Haya, donde ha mantenido una “útil charla” con su homólogo Mark Rutte, y otra en Berlín para almorzar con la cancillera alemana. Aunque Angela Merkel no ha hablado públicamente de su encuentro, Berlín se opone a todo tipo de acuerdos que comprometan la unidad europea y a una renegociación, tal y como ha apuntado el responsable de asuntos europeos, Michael Roth. “Me falta imaginación para descubrir dónde podríamos cambiar algo del acuerdo”, informa Carles Planas