GUERRA EN SIRIA

Internet se moviliza por Karim, el bebé que perdió a su madre y un ojo en un bombardeo de Asad

El pequeño, está atrapado en el enclave de Guta, donde no puede recibir atención médica

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Adrià Rocha Cutiller

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Poco después de nacer, la madre de Karim, un bebé de ahora dos meses de edad, se llevó a su hijo al mercado. Donde viven Karim y su familia, esta actividad ya es, de por sí, algo excepcional: son de Guta, una provincia siria cerca de Damasco, cercada desde hace años por el régimen de Bashar el Asad.

En Guta, la comida y las medicinas entran en cuentagotas. Y las que lo hacen, tienen precios imposibles. 400.000 personas están atrapadas en esta provincia, sin nada que llevarse a la boca y, además, soportando los bombardeos constantes de la aviación de Asad y de su aliado, Rusia.

Y es, en esta mezcla, donde empieza la historia de Karim. El pasado 29 de octubre, su madre se lo llevó al mercado, y ese mismo día, el lugar fue alcanzado con fuego de mortero del Ejército siro. Su madre murió en el acto y él, Karim, de pocas semanas de vida, recibió daños cerebrales y perdió un ojo. Dos meses después, sin haber recibido tratamiento, el bebé tiene el cráneo roto, y, si no es urgentemente operado, perderá la poca vista que le queda. Para ello, ha de ser evacuado de Guta.

«Aquí en Guta no puede ser curado. Los médicos nos dicen que necesita ser operado para salvar su vista. Mi hijo necesita cuidado constante, y así me es imposible conseguir un trabajo para poder subsistir. La vida bajo el sitio es una pesadilla», explicó su padre.

«Mis hijos se están muriendo de hambre. Lo único que podemos comer es algo de pan», explicó el padre de Karim.

La historia de Karim, ahora, se ha hecho viral en internet, y muchos opositores sirios —entre ellos los laureados Cascos Blancos— y el representante del Reino Unido delante de Naciones UnidasMatthew Rycroft, entre muchos otros, han colgado imágenes en la red con la etiqueta #SolidarityWithKarim (Solidaridad con Karim) mientras se tapan un ojo: el ojo de Karim al que la artillería de Asad ha conseguido cegar.

Pero Karim no es el único: según los pocos equipos médicos que han podido entrar en la región siria, hay unas 500 personas que necesitan ayuda sanitaria inmediata. Esperan a que el gobierno sirio les deje ser evacuados.

Violencia indiscriminada

Hace medio año, explicó a EL PERIÓDICO un periodista sirio en Guta, el Régimen y Rusia prometieron que los combates en Guta cesarían, y que el flujo de comida se restablecería: «Pero nada de esto ha pasado, sino que las cosas, cada día que pasa, van a peor».

Los bombardeos contra civiles, —en mercados, guarderías— han continuado y los alimentos, por supuesto, siguen sin entrar.

Y la situación, lejos de mejorar, se vuelve cada día más difícil: «La situación humanitaria en Guta ha llegado a un punto crítico. La gente ordinaria está atrapada en una situación en la que la vida se vuelve lentamente imposible. La gente enferma no se puede tratar, y no deberían ser usados como moneda de cambio entre los contendientes de la guerra. Necesitan recibir asistencia médica inmediata», dijo, en un comunicado, el Comité Internacional de la Cruz Roja el pasado 18 de diciembre.

Esta organización, además, también explica que muchas familias, por la falta de recursos, se ven obligadas a poder comer sólo una vez al día, lo que les empuja a tener que depender del todo de las oenegés internacionales de ayuda.

Es todo, según el periodista de Guta, una estrategia de Asad: «Casi no hay comida y, la que hay, tiene unos precios desorbitados. Es el propio régimen quien la entra y dispara los precios para, así, ganar una fortuna con las ventas. Un kilo de azúcar, por ejemplo, vale 20 dólares». En España vale 1,60 euros.