¿Qué pasa si gana Clinton? Cinco claves

La tensión con Rusia y los instintos intervencionistas definen la política exterior de la exsecretaria de Estado

Hillary Clinton posa para una de sus seguidoras en un acto de campaña en Pittsburgh.

Hillary Clinton posa para una de sus seguidoras en un acto de campaña en Pittsburgh. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En un discurso a puerta cerrada con los ejecutivos de Goldman Sachs como público, Hillary Clinton dejó entrever en 2013 su nostalgia por los días cuando la CIA y las fuerzas especiales operaban en secreto sin que sus operaciones se filtraran a la prensa. “Mi opinión era que hay que intervenir de la forma más encubierta posible”, dijo a una pregunta del consejero delegado, Lloyd Blankfein. En aquella intervención, por la que cobró 225.000 dólares, Clinton explicó que durante su etapa al frente de la secretaría de Estado abogó con fuerza por armar a los rebeldes sirios y por contrarrestar el expansionismo ruso, según reveló más tarde Wikileaks. Unas palabras que refuerzan sus viejas credenciales de halcón, a la derecha de Barack Obama.  

1/ ASESINATOS EXTRAJUDICIALES

La política exterior ha sido una nota a pie de página en esta campaña tan centrada en la personalidad de los candidatos. Se hablado algo de Siria, Irak y de las alegaciones de interferencia rusa en el proceso electoral, pero la superficialidad ha sido la norma. Clinton no ha tenido que aclarar, por ejemplo, si respalda la agresiva política de asesinatos extrajudiciales con drones de Obama o el creciente despliegue de operaciones especiales alrededor del mundo. Pero tras los cuatro años que pasó como secretaria de Estado, se puede inferir que la candidata demócrata representa la continuidad con las alianzas y principios básicos de la política exterior estadounidense. Todo lo contrario que la imprevisible ruptura de Donald Trump.

2/ INTERVENCIONISMO

Como jefa de la diplomacia, Clinton demostró pragmatismo y una tendencia incansable a cultivar las relaciones personales, aunque sus instintos son más agresivos e intervencionistas que los de Obama. No solo apoyó la guerra de Irak en 2002, una decisión de la que se ha arrepentido hasta la saciedad. También respaldó el plan del Pentágono para dejar un mínimo de 10.000 soldados en Irak tras la retirada del 2011 y fue una de las máximas impulsoras de la intervención en Libia para ayudar a los europeos a acabar con el régimen de Gadafi.

3/ ATAQUES A BASES SIRIAS Y RUSAS

En la lucha contra el Estado Islámico, la exprimera dama quiere entregar más armas a los aliados kurdos y árabes de EE UU en la batalla, siguiendo esencialmente la línea actual de la Casa Blanca. La principal diferencia son las zonas de exclusión aérea que pretende crear para ayudar a los civiles, una medida que implicaría atacar las bases antiaéreas sirias y rusas, lo que según diversos expertos podría desencadenar un enfrentamiento directo con las tropas del Kremlin. “Vamos a acabar desatando la tercera guerra mundial en Siria si escuchais a Clinton”, dijo recientemente Trump echando mano de su catastrofismo habitual.

4/ COMBATIR A PUTIN

Su relación con la Rusia de Putin es complicada. En su primer año al frente de la secretaría de Estado, Clinton pilotó el borrón y cuenta nueva en las relaciones con Moscú cuando Dimitri Medvedev era todavía presidente. Pero no funcionó y la relación no han hecho más que empeorar desde entonces para volver al clima de la Guerra Fría. En consonancia con el sentir de la vieja escuela, la demócrata ha señalado que pretende adoptar medidas para frenar las maniobras rusas de desestabilización en Europa y responder con dureza a los ciberataques que tanto daño han hecho a su campaña. “Estaremos listos para responder seriamente con medidas políticas, económicas y militares”, dijo en septiembre. Su estrategia incluye también promover el fracking, como ya hizo al frente de la secretaria de Estado, y exportar gas a Europa para contrarrestar la influencia rusa y dañar sus finanzas.

5/ APOYO A ISRAEL

Respecto al conflicto palestino israelí, otro de los quistes de la geopolítica mundial, que ya trató de resolver sin demasiada persistencia, Clinton rechaza cualquier medida coercitiva contra Israel, como la campaña de boicot, y ha dejado claro que bloqueará las iniciativas para imponer una solución al conflicto en la ONU. “América nunca puede ser neutral cuando hablamos de la seguridad y la supervivencia de Israel”, dijo en marzo en un discurso ante el AIPAC. Algunos de sus principales donantes son fervientes defensores del estatus quo y del indisimulado expansionismo israelí.

{"zeta-legacy-video":{"videoId":"3883923"}}

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"M\u00c9XICO","text":"Donald Trump mantiene el anuncio que hizo al inicio de la campa\u00f1a de que construir\u00eda un\u00a0\u00a0muro en la frontera con M\u00e9xico y que obligar\u00eda al pa\u00eds vecino a pagar por \u00e9l. Clinton mantiene una pol\u00edtica conciliadora con el pa\u00eds vecino."}}