Obama carga contra Trump armado de rabia y de lógica

En una intervención apasionada y memorable, denuncia el "peligroso" discurso del miedo y la discriminación del candidato republicano

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Era, supuestamente, una aparición ante la prensa para dar la última información al pueblo estadounidense sobre la situación del combate contra el Estado Islámico, especialmente relevante tras la masacre del domingo en Orlando (Florida), pero la intervención que ha ofrecido este martes Barack Obama ha sido mucho más.

Tan enfadado como cargado con las armas de la lógica, tan presidente como guerrero de campaña en contra del candidato republicano a sucederle, Obama ha hecho uno de sus más apasionados y encendidos discursos, mucho decir para un mandatario que en siete años y medio de mandato, e incluso antes de llegar a la Casa Blanca, ha destacado por su oratoria.

Y ha sido tanto una defensa total de su estrategia en la lucha contra el terrorismo y de su filosofía política y social como un ataque frontal a la islamofobia y la demagogia de Donald Trump, a quien ha acusado de abonar una actitud “peligrosa”.

Obama ha aprovechado las quejas frecuentes del virtual nominado republicano (que también han salido de boca de de otros líderes del partido conservador) por el hecho de que no use el término “islam radical” para abrir su descarga.

PREGUNTAS CON SARCASMO

“Dicen que esa es la clave, que no podemos vencer al EI a no ser que les llamemos islamistas radicales”, ha dicho antes de lanzar una ráfaga de preguntas llenas de sarcasmo pero también de serias consideraciones. “¿Qué se lograría, exactamente, usando esa etiqueta?”, ha planteado retóricamente. ¿Qué cambiaría exactamente? ¿Haría al EI menos comprometido con intentar matar americanos? ¿Haría que se nos sumaran más aliados? ¿Hay una estrategia militar a la que esto ayudaría?”

Él mismo ha contestado.”La respuesta es negativa en todas las preguntas. Llamar a una amenaza por un nombre distinto no hace que desaparezca. Esto es una distracción política”.

Y ese ha sido, solo, el arranque de una batería de descargas llenas de tanta indignación como lógica. 

“No ha habido un momento en mis siete años como presidente en que no haya sido capaz de seguir una estrategia porque no usáramos la etiqueta 'Islam radical'", ha dicho, volviendo a recurrir a un sarcarsmo demoledor. “Ni una vez un asesor me ha dicho ‘hombre, si usaramos esa frase arreglaríamos esto. Ni una. ¿Alguien piensa seriamente que no sabemos contra lo que estamos luchando?”

Con la defensa de su estrategia y la crítica a la guerra de palabras sobre terrorismo finiquitada, Obama ha entrado luego en el ataque frontal al “peligroso” discurso de Trump, aunque sin mencionarlo por el nombre en ningún momento pero dejando clara su diana al hablar de “políticos que tuitean y aparecen en los noticieros de televisión”. 

“Tenemos propuestas de quien seguramente será el candidato republicano para presidente de EEUU de prohibir a todos los musulmanes inmigrar a América. Escuchas palabras que señalan a los inmigrantes y sugieren que comunidades religiosas enteras son complacientes con la violencia.

PARTE VERGONZOSA

 “El asesino de Orlando, uno de los asesinos de San Bernardino, el asesino de Fort Hood… Todos eran ciudadanos estadounidenses. ¿Vamos a empezar a tratar a todos los estadounidenses musulmanes diferentes? ¿Vamos a empezar a someterlos a vigilancia especial? ¿Vamos a empezar a discriminarles por su fe?”

Obama no solo estaba apuntando a Trump, sino a todo el partido conservador, donde aunque algunos líderes han mostrado su oposición a los comentarios más polémicos del candidato, el repudio no ha sido definitivo. Y les ha preguntado por ello directamente: “¿Están de acuerdo con esto los cargos republicanos?”.

Obama ha cerrado la intervención recordando que EEUU “ha pasado a través de su historia por momentos en que se ha actuado por miedo, y llegamos a lamentarlo”, mencionando como en el pasado “el Gobierno ha maltratado a ciudadanos” y asegurando que es “una parte vergonzosa” de la historia del país.

Y ha reivindicado a la nación como una “fundada en las libertades básicas, incluyendo la religiosa”. “Si alguna vez abandonamos esos valores”, ha concluido, “no solo haremos mucho más fácil que se radicalice la gente aquí y en el mundo, sino que habremos traicionado las propias cosas que estamos intentando proteger”.