POLÉMICA EN EL CIBERESPACIO

El sexo burla la censura china

Una pareja de jóvenes se hacen un seli frente a la cadena de ropa Uniqlo, en Pekín, este jueves.

Una pareja de jóvenes se hacen un seli frente a la cadena de ropa Uniqlo, en Pekín, este jueves. / periodico

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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La maquinaria censora ridiculizada, sesudos editoriales sobre la deriva social, investigaciones policiales y una multinacional en apuros. Un pedestre vídeo sexual de apenas un minuto filmado en los probadores de una tienda de ropa es el fenómeno del que todo el mundo habla en China y casi todos han visto. El vídeo saltó a las redes sociales el martes. Muestra a una pareja, ella desnuda y él totalmente de negro y sosteniendo el móvil que graba la escena. La escena termina con un mensaje de los altavoces: los probadores del primer piso están ocupados y los clientes deben dirigirse a los de las plantas superiores.

'Uniqlo en Sanlitun', se llama el vídeo. Uniqlo es una cadena ropa japonesa muy célebre en Asia y Sanlitun es el barrio más occidentalizado de Pekín. La grabación se extendió en pocas horas por Wechat (un servicio de mensajería rápida parecido a Whatsapp) y Weibo (el sustituto nacional del censurado Twitter). Decenas de jóvenes se fotografían frente a sus puertas imitando las posturas de la pareja protagonista o peregrinan hasta el ya legendario probador. Se suceden los memes y las camisetas.

VALORES SOCIALISTAS

Las autoridades han citado a los altos directivos de ambas plataformas para pedirles explicaciones por no haber detenido la circulación del vídeo y la Administración del Ciberespacio de China ha aclarado que su propagación atenta «contra los valores socialistas más elementales».

La policía investiga y ha desvelado que la pareja será responsable si filtró deliberadamente el vídeo. La fiesta les puede salir cara: la ley prevé dos años de cárcel a los que difunden libros, fotografías o vídeos obscenos y hasta cadena perpetua si hubo afán de lucro.

LA MULTINACIONAL SE DEFIENDE

Tanto las autoridades como muchos usuarios habían apuntado a una campaña publicitaria audaz de Uniqlo. Esta lo ha negado en un comunicado en el que defiende su honorabilidad y, de paso, pide a los clientes que usen sus probadores «de forma correcta y apropiada».

El tema ocupa editoriales de la prensa oficial. No es la primera vez que material prohibido rueda por la red. Hace meses fueron las fotografías de una mujer desnuda en la Ciudad Prohibida y, años atrás, las de estrellas del cine y la canción hongkonesa encamadas. Aquello fue abiertamente pornográfico y, a pesar de los esfuerzos de las autoridades, incluso los vendedores ambulantes ofrecían DVD.

LA GRAN MURALLA

China dispone de un sistema de censura conocido como La gran muralla y de miles de ciberpolicías dedicados a rastrear la red en busca de contenidos prohibidos, desde prodemocráticos a pornográficos. Ese sistema, rutinariamente descrito como inexpugnable desde Occidente, es un queso de gruyere para los experimentados internautas chinos. Basta con cambiar ligeramente el nombre o utilizar los programas para eludir la censura.

El vídeo de los probadores de Uniqlo certifica sus límites: este corresponsal lo recibió este viernes de nuevo en su cuenta de Wechat.