LOS RECURSOS ENERGÉTICOS

La soberanía del petróleo

El sur de Sudán oculta grandes reservas petrolíferas y de agua, de ahí el interés internacional en el proceso

M. T.
JUBA

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La postal es de escándalo: una ciudad a medio construir, patrullada por todoterrenos de todas las agencias de la ONU imaginables y bajo 30 grados en pleno invierno. Sudán del Sur, no obstante, esconde mucho más que esto. No se explicaría de otra forma el revuelo internacional que ha creado el referendo de independencia previsto para mañana. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, que llega hoy a Juba, lo tachó de «bomba de relojería».

Más allá de lo evidente, el sur de Sudán, hasta ahora región autónoma, esconde riqueza, y mucha. Sobre todo agua y el codiciado petróleo. Aunque la mayor parte de las reservas las esconde el sur, el oro negro se refina en el norte del país, desde cuyo puerto parte hacia el resto del mundo. Hacia China, por ejemplo, que, según el ministro de Exteriores de Sudán del Sur, Deng Alor Kuol, se encarga de extraer el 80% del petróleo de la región. Quizá por eso a los chinos les interese dividir para vencer. Y, aunque en su política exterior no abunde el apoyo a las secesiones (por lo que pudiera pasar con las regiones independentistas chinas de Tíbet y Xinjiang), en esta ocasión se ha concedido una salvedad. El cónsul general de China en Juba, Li Zhiguo, asegura que su país respetará «la soberanía de Sudán y la voluntad de los sudaneses». Y lanza otra respuesta vaporosa cuando se le pregunta por el oleoducto que planean trazar desde Juba hasta la costa keniana para contar con una vía de distribución alternativa a la tubería del norte, que de producirse la escisión quedaría bajo potestad exclusiva de los musulmanes. A Jartum no le hace gracia el apoyo del país asiático al resultado del referendo.

Pero China no ha sido la única potencia en hacer público su respaldo. EEUU observa con interés la evolución de los acontecimientos y la Unión Europea no quiere dejar pasar la ocasión de estrechar lazos con una región de un potencial incalculable, aunque en la actualidad cuente con apenas 50 kilómetros asfaltados en una extensión similar a la de la península Ibérica.

Riesgo de guerra

El petróleo supone para Sudán el 60% de sus ingresos totales, pero para el sur, que tiene el 70% de las reservas en su terreno, el 98%. Y gran parte de estos yacimientos están concentrados en Abyei, zona fronteriza entre el norte y el sur, que también debería realizar una consulta popular mañana para decidir a cuál de las dos partes del país prefiere unirse pero que, finalmente, no se llevará a cabo.

«Sin un acuerdo justo sobre el petróleo entre norte y sur, es difícil imaginar una secesión pacífica», señala Rosie Sharpe, de la oenegé especializada en recursos naturales Global Witness. «Si no solucionamos el asunto de Abyei, puede haber guerra», admite el ministro de Exteriores sursudanés.