Vecinos que arrancan bolardos en L'Hospitalet: el acceso a un párquing enfrenta a dos bloques

“Un día, llegamos de trabajar y nos encontramos que nos habían puesto un pivote en el acceso al párquing de la comunidad de vecinos y no podíamos entrar”, lo explicaba hace unas semanas Alfonso, vecino del barrio de Centre de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès), en la frontera con Sanfeliu, quien relata los problemas de los vecinos de su bloque para acceder al garaje interior de la comunidad.

El conflicto se remonta a 2021, cuando se construyó el edificio en el que vive el mismo Alfonso. Entonces, los vecinos de uno de los bloques contiguos ya reclamaron al Ayuntamiento de L’Hospitalet que pusieran bolardos en el tramo inferior de la calle Josep Irla i Bosch para que los vecinos del nuevo bloque no pasaran por ahí. Se pusieron y ahí siguen, aunque desde el bloque más nuevo insisten en que el tramo no pertenece a sus vecinos, como sí ocurre con otro paso por el que ahora acceden.

Durante un tiempo el problema se quedó ahí porque los vecinos del bloque de Alfonso han seguido, hasta ahora, accediendo al garaje tras bajar por la calle Josep Muntané Almirall, situada entre ambos bloques. Sin embargo, los vecinos del edificio más antiguo han reclamado desde hace años que se cerrase también el paso por esta segunda avenida, dado que la calle les pertenece. 

Unas reclamaciones que fueron respondidas el pasado mes de febrero, cuando el Ayuntamiento colocó otros tres nuevos bolardos para impedir el paso de los vehículos por el tramo de la calle Josep Muntané Almirall. Una acción, sin embargo, que quedó sin efecto pocos minutos después de que se instalasen, dado que algún o algunos vecinos del bloque de Alfonso se encargaron de arrancar dos de los nuevos pivotes para poder seguir pasando.

Una situación que se ha repetido a principios de esta misma semana, cuando el consistorio repuso uno de los dos bolardos extraídos, pero que duró en el lugar unos pocos minutos. Alfonso explica que para ellos la situación es un tanto kafkiana, dado que el cierre de ambas calles supone que deben entrar y salir por el mismo tramo de la calle Josep Irla i Bosch, una vía estrecha en la que los vehículos que salen y entran se encontrarían cara a cara. Por ello, reclama que, si se les cierra el paso de Muntané Almirall, al menos, se les abra a cambio el de Irla i Bosch, de modo que no se crucen salidas y entradas.

Solución compleja

Por su parte, Manuel, vecino del bloque que ha solicitado el cierre de los accesos, señala que desde un principio estaba acordado que tanto Irla i Bosch —hasta donde empieza el edificio en el que reside Alfonso—, como Muntané Almirall se usaran solo por los vecinos de su comunidad. Así, entre las razones para proceder al corte, explica también que los residentes de las plantas más bajas no quieren coches pasando junto a sus ventanas y que les entre la contaminación que estos emanan.

Consultados por este conflicto entre comunidades, el Ayuntamiento de L'Hospitalet explica que se trasladó una consulta a la Oficina Técnica de la Agencia de Desarrollo Urbano (ADU) local y que se determinó, escrituras en mano, que los vecinos que han solicitado el cierre “tienen razón”, dado que el tramo les pertenece.

De este modo, fuentes municipales señalan que, si se siguen arrancando bolardos, desde el departamento de Movilidad se estudiarán alternativas, como la instalación de maceteros que impidan el paso de vehículos.

Por su parte, los vecinos del bloque afectado por los cierres de calles remarcan que el tramo en Irla i Bosch que les queda libre y por el que, de efectuarse el cierre, deberán tanto entrar como salir, en realidad, es de un único sentido y que por ahí también pasan algunos vehículos de mantenimiento del parque de la Remunta, por lo que advierten de las dificultades de movilidad que pueden derivarse del cierre.

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