Anarquismo y comunidad en L'Hospitalet

‘La memòria de les llambordes’: un libro para inmortalizar la memoria histórica de los barrios de Collblanc y La Torrassa

La librería Llavors ha liderado un proyecto para evitar que las historias de los vecinos de la zona caigan en el olvido

MEMORIA | Seis décadas de metamorfosis de L’Hospitalet a través de las lentes de Company Fotògraf

Alicia Arévalo y Noelia Domínguez, socias de la librería Llavors de L'Hospitalet.

Alicia Arévalo y Noelia Domínguez, socias de la librería Llavors de L'Hospitalet. / Jordi Cotrina

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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Las calles tienen millones de historias y “es deber de los vivos intentar mantenerlas, guardarlas y mostrarlas a la comunidad”. Con este objetivo, Noelia Domínguez y Alicia Arévalo, socias fundadoras de la librería Llavors de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès), encararon el reto de inmortalizar la memoria y experiencias de los vecinos de los barrios de Collblanc y La Torrassa, una zona que en menos de un siglo, pasó a ser un conjunto de terrenos principalmente agrarios a transformarse en uno de los barrios con más densidad de población de la unión Europea.

Mientras esta metamorfosis maduraba, un sinfín de relatos se sucedieron con las migraciones, la industrialización, el sentimiento de barrio y el anarquismo como algunos de sus principales motores. Una parte de estas experiencias han quedado ahora recogidas ahora en el libro ‘La memòria de les llambordes’, que agrupa los testimonios de vecinos que vivieron esos cambios y algunos de los momentos más destacados de la historia de la parte norte de L’Hospitalet.

“En ‘off’ nos han contado muchas historias, pero te las cuentan aquí en el mostrador, no cuando te pones a entrevistarlos”

Noelia Domínguez

— Socia de la librería Llavors

Aunque la idea de llevar a cabo un proyecto como arrancó prácticamente con la librería, a finales de 2020, las responsables del local recuerdan como empezó a tomar forma cuando, al poco de llegar al barrio, muchos vecinos acudían por las mañanas a mirar los libros, pero, sobre todo, a “charlar un rato”. “Nos acababan explicando la historia de sus vidas y pensamos que había que hacer algo con ello y que no cayeran en el olvido”, dice Noelia. Un conjunto de anécdotas que, más allá de sus casos particulares, permitían profundizar en el pasado del barrio.

Dicho y hecho, presentaron la iniciativa a una convocatoria de proyectos de cultura comunitaria de la Generalitat de Catalunya y, a lo largo de 2023, recopilaron los recuerdos de la comunidad local que recientemente han materializado en el libro y en una serie de ‘podcasts’ disponibles en su página web. Las dos libreras pueden presumir de tener un público “muy fidelizado”, algo que les facilitó la participación de una quincena de hospitalenses. 

Sin embargo, aunque en el libro aparecen varios testimonios sobre el papel que jugó el anarquismo en el barrio durante la Guerra Civil y los años previos, Noelia explica que la gente evita mojarse mucho cuando se les pone un micrófono delante. Aunque la ideología enraizó en el barrio, con la llegada de la dictadura franquista también lo hizo el 'no te metas en política y de esto no se habla'. “En ‘off’ nos han contado muchas historias, pero te las cuentan aquí en el mostrador, no cuando te pones a entrevistarlos”, añade la socia de la librería Llavors.

Alicia y Noelia, de la librería Llavors de L'Hospitalet, aconsejan a un cliente.

Alicia y Noelia, de la librería Llavors de L'Hospitalet, aconsejan a un cliente. / Jordi Cotrina

Anarquismo y franquismo

Durante los primeros años del siglo XX, la zona de Collblanc-La Trorrassa era conocida de forma despectiva como ‘la Murcia chica’ debido al gran número de migrantes del sur de España que aterrizaron en el barrio, colindante con Barcelona. En esos años -y durante unos cuantos más- los residentes de la zona tuvieron que convivir con una serie de industrias nocivas que agravaban aún más las ya complicadas condiciones de vida de un barrio con pocos servicios y una población creciente.

En esa época, es también cuando empezó a extenderse el anarquismo y la acción directa entre la población. De hecho, el libro recuerda como ya en 1920 tuvieron lugar las primeras acciones del pistolerismo en el barrio, que más adelante se recrudecería en todo el entorno de Barcelona. En este caso fue el asesinato de “un sindicalista del Lliure -afín a la patronal y al gobierno, a manos de pistoleros anarquistas”, tal y como relata Manuel Domínguez.

Así, el anarquismo, la CNT o la FAI están presentes en los recuerdos de varios de los protagonistas del libro, ya sea por sus propias experiencias o las de sus familiares, tanto para lo bueno, como para lo malo. Con todo, una vez la Guerra Civil llegó a su fin y se instauró la dictadura, la Torrassa tuvo que afrontar una represión muy dura por parte del franquismo, en parte, debido al gran número de militantes anarquistas y republicanos que ahí residían. Muchos de los cuales acabaron exiliados ante la amenaza que suponía el yugo del franquismo si se quedaban.

La librería Llavors de L'Hospitalet de Llobregat

La librería Llavors de L'Hospitalet de Llobregat / Jordi Cotrina

Durante el franquismo no solo no se resolvieron los problemas que ya afrontaba el barrio antes de la guerra, sino que muchos de ellos empeoraron. La contaminación industrial prosiguió, se produjeron nuevas llegadas migratorias que, en buena parte, se instalaron en L’Hospitalet porque los precios eran más asequibles que en la vecina Barcelona y la construcción desbocada del ‘desarrollismo’ franquista provocó unas carencias de espacios verdes y equipamiento aún presentes.

"Me quedo con cómo hablan de su juventud y con la comunidad que había en el barrio"

Noelia Domínguez

— Socia de la librería Llavors

También en esos años, destaca entre las anécdotas los recuerdos de los abusos físicos que se impartían en las escuelas de la ciudad. Motivo por el que varios de los entrevistados explican cambiaron de centro y se pasaron a la escuela Montesori, donde no se encontraron con esas prácticas.

Vida comunitaria

Con todo, Noelia Domínguez, una de las responsables de 'La memòria de les llambordes' explica que las dos cosas que más le han marcado de la iniciativa son "la alegría con la que la gente habla de su juventud" aunque expliquen "cosas durísimas" y "la comunidad que había en el barrio".

"Hablan mucho de eso, de cómo salían a tomar la fresca a la calle con sus sillas a 'petar la xerrada'", una vida en común que describen muchos de los entrevistados, varios de los cuales procedentes de esas oleadas migratorias de otras regiones españolas y que rememoran como, pese a todas las dificultades con las que convivían en su día a día, se apoyaban entre ellos para salir adelante y, también, para celbrar verbenas en la plaza española o sus propias calles.

¿'La memòria de les llambordes 2'?

La Llavors nació en Collblanc en diciembre de 2020, en plena pandemia del covid-19. Desde entonces, ha cambiado "muy poquito", pero sus socias defienden que han logrado consolidarse en una ciudad sin prácticamente librerías más allá de las grandes superficies. A ello les ha ayudado destinar parte del espacio a talleres, asambleas y charlas que van más allá de la propia librería. "El Sindicat de Llogateres ha realizado aquí sus asambleas durante tres años", explica Noelia Domínguez. Aunque buena parte de su fondo está politizado, las dos libreras explican que desde un inicio han tenido claro que no querían ser una librería de nicho, por lo que incluyen también en su oferta libros infantiles o literatura juvenil, una gama de propuestas que intentan ofertar de forma equilibrada. Además, también atienden peticiones concretas de clientes, eso sí, "siempre que no sea fascista".

Ya sumergidas en otros proyectos, las dos libres explican que, aunque hicieron una primera presentación del libro a finales de diciembre, planean otra con la llegada de la primavera, dado que muchos de los vecinos se quedaron sin poder acudir en la primera presentación. A su vez, comentan que mucha gente les ha pedido ampliar, de algún modo, el libro. Una idea con la que también trabajan.