'Referentes locales': L'Hospitalet (3)

Mari Carmen Zafra: un ‘ángel de la guarda’ de las familias vulnerables de La Florida en L’Hospitalet

Esta educadora social ayuda a docenas de jóvenes y familias del norte de la ciudad con pocos recursos

EL PERIÓDICO publica una serie veraniega sobre perfiles de figuras locales que protagonizan historias inspiradoras

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Mari Carmen Zafra, en una plaza de los Bloques Florida de L'Hospitalet.

Mari Carmen Zafra, en una plaza de los Bloques Florida de L'Hospitalet. / Zowy Voeten

Àlex Rebollo

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Sus claros ojos azules contrastan con la piel tostada por el Sol, una tez morena que no es fruto de largas horas en playa sino de patearse de arriba a abajo las calles de los barrios de La Florida y Les Planes de L’Hospitalet de Llobregat día sí y día también. Mari Carmen Zafra, de 46 años, es coordinadora pedagógica del Esplai Les Planes y responsable del Centre Obert del Esplai La Florida, una entidad local con una función social que va mucho más allá de la de la mayoría de esplais.

Aunque es una figura alejada de los medios y los focos, no es precisamente una desconocida en la ciudad. “Medio L’Hospitalet tiene mi móvil”, bromea ella. La verdad es que es imposible pasear con Mari Carmen por los barrios del norte de L’Hospitalet sin cruzarse con alguna persona o familia que se pare para saludarla, abrazarla y agradecerle su trabajo o sin que tenga que atender la llamada de alguna vecina que le pide consejo.

Cientos de niños y adolescentes participan a lo largo del año en alguno de los múltiples proyectos con los que trabaja el Esplai La Florida, una entidad nacida en 1984 y que trabaja también para identificar y prevenir situaciones de riesgo social entre los menores del barrio. El Esplai Les Planes es una subdivisión del de la Florida que principalmente trabaja en los Bloques Florida, una de las zonas más vulnerables de toda el área metropolitana de Barcelona. Y ahí es donde Mari Carmen, junto con otros monitores y educadores sociales, destina buena parte de su trabajo.

Tal es su implicación en el barrio que, a pesar de vivir ahora y buena parte de su vida en el Prat de Llobregat, la han llegado a llamar del gabinete de alcaldía del Ayuntamiento de L’Hospitalet para que les ayudase a organizar una vuelta con la alcaldesa Núria Marín por los bloques y un encuentro con algunas de las familias que los habitan para comentar los principales problemas del la zona.

“Igualmente podrían venir, que no iba a pasar nada. Pero sí es cierto que conmigo las familias son más cercanas”, dice Zafra.

Mari Carmen Zafra, en una de las plazas d elos Bloques Florida de L'Hospitalet.

Mari Carmen Zafra, en una de las plazas d elos Bloques Florida de L'Hospitalet. / Zowy Voeten

Una familia de feriantes

Mari Carmen llegó al Esplai Les Planes en 2018. En ese momento, tal y como ella misma relata, trabajaba en los comedores de la escuela Pau Vila, ubicada al lado de los Bloques Florida. La entonces directora del Esplai La Florida, que conocía a Mari Carmen de antes porque ya había tenido contacto con el Esplai, se la encontró un día por la calle y le propuso llevar esa subdivisión que acababan de abrir en Les Planes.

Zafra aceptó. Aunque en ese momento llevaba un tiempo más alejada del trabajo social, su vínculo con este mundo empezó cuando tenía tan solo 12 años. Corrían los años ochenta y su familia hacía poco tiempo que se había instalado en el Prat de Llobregat. “Mis padres eran feriantes. Vengo de un mundo muy complicado, el de la feria, pero donde se vive en comunidad y todos nos ayudábamos”, rememora Mari Carmen, nacida a medio camino entre Barcelona y Andalucía -la ruta habitual de la feria-.

“Hubo un momento en el que nos prohibieron llevar la escuela a cuestas”, recuerda. Los menores de la feria iban a ser llevarlos a colegios internos, pero sus padres no querían eso, por lo que se salieron del mundo feriante “sin pensárselo dos veces”. Tras una primera etapa en Jaén, toda la familia se trasladó a el Prat. “Yo no quería. Venía de una escuela abierta y me metieron entre cuatro paredes. Y en es momento yo odiaba el catalán y lo odiaba todo”, explica. Reconoce también que en esa etapa daba “muchos problemas”.

Mari Carmen Zafra posa con los 'Capgrossos' elaborados en el Esplai Les  Planes de L'Hospitalet.

Mari Carmen Zafra posa con los 'Capgrossos' elaborados en el Esplai Les Planes de L'Hospitalet. / Zowy Voeten

Entonces, relata Mari Carmen, un educador social “me dijo: ‘¿Tu quieres saber lo que es tener problemas de verdad? He montado un asociación con gente que sí que tiene problemas’. Y dije, vale, pues yo quiero ir. Pero no me dejaba porque solo tenía 12 años. Entonces yo la liaba cada vez más hasta que me dejase ir. Un día me dijo que podía, pero que el creía que me iba a ir. Le respondí: ‘Ya verás como no’. Y desde ahí hasta hoy”.

La abnegación por bandera

Esa implicación tan temprana en el mundo social -además de otras circunstancias familiares- la llevó en poco tiempo a ser una adolescente con responsabilidades de adulta. Toda esa experiencia explica que le ayuda ahora a entender a muchos de los jóvenes vulnerables y/o conflictivos con los que trabaja y con los que se identifica. “A mí ningún profesor me dedicó ni un minuto a preguntarme qué está pasando en casa”, dice Mari Carmen, quien reitera un lema: “Trata a los demás como te gustaría que te traten a ti”.

Buena fe de ello da Jacqueline Carvallo, madre de una niña de once años que acude desde hace siete al Esplai La Florida: “Creo que el cielo ya lo tiene ganado. De esas personas que hay pocas. Me da vergüenza preguntarle, pero gane el sueldo que gane, creo que no es suficiente para la dedicación que tiene”.

Mari Carmen Zafra, en una plaza de los Bloques Florida de L'Hospitalet.

Mari Carmen Zafra, en una plaza de los Bloques Florida de L'Hospitalet. / Zowy Voeten

Jacqueline se define a ella misma como "muy protectora", una condición que reforzó después de que a su hija le detectaran transtorno de déficit de atención (TDA) y dislexia. Con todo, esta madre explica cómo Mari Carmen la guió para lograr que la aceptaran en una fundación que le ha permitido tener logopedas y rehabilitadores para su hija.

No solo con su hija: Jacqueline también agradece el trabajo que ha hecho con ella misma al ayudarle a superar esa sobreprotección y, por ejemplo, la ha logrado a animar para que su hija vaya a unas colonias: “Me decía que si pasaba cualquier cosa ella misma iba a la hora que fuera y la traía. ¿Quién se va ofrecer a eso?”. Por su parte, Mari Carmen insiste en que si un niño o una madre cambia no es gracias a ella: “Solo soy una herramienta para llegar a vuestro objetivo. Me utilizáis y me dejo utilizar, para eso estoy, pero las personas cambian por sí mismas".

Pese a esa voluntad constante por ayudar, es consciente de que no todo el mundo tiene la misma capacidad de cambio. De hecho, explica que en ocasiones se ha tenido que desvincular de algunas personas o familias tras encontrarse sin herramientas para darles más ayuda -aunque incide también en que algunas de estas personas se han rehecho más tarde por sí solas-. "No pido milagros. Sé que hay personas que no van a cambiar, pero si ya se les crea un mínimo de conciencia, a mi eso ya me vale", concluye Mari Carmen.