Así cambia nuestra vida la robótica y el 'blockhain'

 

El ingeniero Eduardo Castelló se centra en el desarrollo de sistemas de máquinas que interactúen entre ellas para mejorar nuestra forma de efectuar compras, movernos y comunicarnos

Laboratorio robótico

Laboratorio robótico / Louis Reed

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El estudioso Eduardo Castelló ha unido dos de las tendencias con mayor apogeo en la tecnología actual: la robótica y el 'blockchain'. Castelló estudia de qué forma pueden colaborar los robots entre sí y, sobre todo, de qué forma podría beneficiarse el ser humano. Su objetivo es que millones de máquinas sean capaces de interactuar para solventar inconvenientes complejos, intercambien información sin vulnerar la privacidad de los usuarios y contribuyan a crear conocimiento.

Todo empezó cuando Castelló se trasladó al paraíso de la robótica: Japón. Allí, en la Universidad de Osaka, se especializó en inteligencia distribuida y robótica. Después, dio el salto al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y ahora trabaja como investigador postdoctoral en el MIT Media Lab. En Estados Unidos su carrera ha dado un giro hacia la llamada robótica de enjambres, a la combinación y funcionamiento colaborativo de grandes conjuntos de ordenadores capaces de colaborar entre sí para hacer una actividad concreta. Un ejemplo son los llamados 'food computers', unos 'invernaderos' robóticos que permiten generar climas con el objetivo de que se pueda plantar cualquier producto en cualquier lugar del planeta.

Al unir los ordenadores que conforman los 'enjambres' a través del 'blockchain', Castelló consigue solventar dos de los retos de la robótica de enjambres: fomentar la seguridad que precisa cualquier sistema conectado y ayudar a que los robots actúen de forma consensuada. La tecnología 'blockchain' actúa como un enorme libro de cuentas virtual en el que se registran todas las transacciones que se realizan en las denominadas cadenas y que no se pueden alterar. Esta base de datos cuenta con una mayor seguridad antirrobo y permite realizar operaciones entre diferentes partes sin emplear un intermediario. Con esta tecnología, se podría sacar más partido de la información que generan las redes de robots, cruzar sus resultados y agilizar el trabajo que realizan.

 Estos sistemas robóticos pueden optimizar todos nuestros hábitos, desde las compras hasta la manera de desplazarnos y comunicarnos. Conferenciante en la última edición de EmTech France 2017, Castelló pone como ejemplo la posibilidad de que múltiples equipos de investigación puedan utilizar y compartir los mismos robots de forma estable en el Ártico para cada una de sus investigaciones.

La meta de Castelló, que ha cooperado con prestigiosos investigadores como Hiroshi IshiguroAlan Winfield Caleb Harper, es contribuir a crear una sociedad más abierta, conectada y transparente para los ciudadanos. “'El blockchain' es como una carretera pavimentada que tiene como fin que la sociedad pueda beneficiarse de un enjambre de robots”, apunta. “Creo que dejamos atrás la era de la comunicación y empezamos la era de la conectividad”.

Fuente: Opinno, editora de MIT Technology Review 

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