Gavary Group

La empresa de Barcelona que coopera con el Ejército ruso cambia de nombre y expande su negocio en España

DIRECTO sobre la guerra entre Rusia y Ucrania: últimas noticias del conflicto

DIRECTO | Alexéi Navalny: última hora y reacciones a la muerte del líder opositor ruso

Fachada de la sede de Gavary Group a Vilassar de Dalt

Fachada de la sede de Gavary Group a Vilassar de Dalt / Elisenda Pons

Ricardo Mir de Francia

Ricardo Mir de Francia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las sanciones son como las cañerías del agua: basta con que haya un pequeño agujero para que su efecto punitivo se diluya o simplemente no funcione. Y eso es lo que está pasando con Gavary Group, un grupo empresarial con sede en Barcelona que coopera con el Ejército ruso en Ucrania y tiene entre sus clientes a compañías del complejo militar-industrial del Kremlin, algunas de ellas, sancionadas. Después de que EL PERIÓDICO destapara el año pasado las conexiones de Gavary Group con la maquinaria de guerra de Putin, Kiev le impuso sanciones. Desde entonces su Gobierno ha tratado que la Unión Europea haga lo propio, pero de momento no lo ha conseguido. Ese agujero en la cañería ha permitido a Gavary mantener intacto su negocio. Un negocio que incluso ha expandido en España tras tratar de camuflar sus vínculos con el Kremlin.

Su actividad en la península está concentrada en Vilassar de Dalt (Barcelona), donde tiene la sede de división europea, una nave industrial con siete trabajadores dedicada a la producción de alfombrillas para coche, comercializadas bajo la marca Evamotion. La empresa catalana tiene una importancia residual en los ingresos multimillonarios del holding. En 2022 facturó algo menos de un millón de euros frente a los más de 96 millones que generaron la suma de empresas del grupo un año antes. Principalmente en Rusia, donde tiene un mínimo de 14 sociedades y se anuncia como el mayor fabricante de polímeros del país, plásticos sintéticos con los que produce artículos de consumo y para uso industrial.

En marzo de 2023 este diario desveló los nexos comerciales del grupo con compañías como el fabricante ruso de rifles semiautomáticos Kalashnikov Concern, sancionado por la UE, o el de motores para la aviación UMK-Umpo, sancionado por EEUU. O sus donaciones de plantillas térmicas para el calzado a los militares rusos desplegados en Ucrania. Días después los Mossos d’Esquadra visitaron la planta de Gavary en Vilassar, según ha podido confirmar este diario. No abrieron una investigación, pero los acontecimientos no tardaron en precipitarse desde la otra punta del continente. En mayo, Ucrania movió ficha. Primero sancionó a todas las subsidiarias rusas de Gavary Group y, meses después, a sus filiales española y británica. Medidas punitivas que incluyeron también a los dueños y principales beneficiarios del holding: los hermanos Jachatur y Rem Kamarian, ambos con doble nacionalidad ruso-española.

Gavary Group Barcelona cambia de nombre

“Gavary Group trabaja para la industria militar de la Federación Rusa, apoyando su guerra contra Ucrania, mientras los dueños de la compañía viven y tienen activos en la UE”, asegura a este diario Iaroslav Liubchenko, director interino de la Agencia Nacional para la Prevención de la Corrupción (NACP) en Ucrania. “Nada de esto se corresponde con los valores de la libertad y la democracia que el mundo entero dice profesar”. Tras las sanciones ucranianas, el grupo optó por cambiarle el nombre a su filial española, donde consta actualmente como socio único Jachatur Kamarian, uno de los hermanos al frente del holding. En julio de ese mismo año dejó de llamarse Gavary Group Barcelona para adoptar el nombre de su marca de alfombrillas, Evamotion, según consta en el Registro Mercantil.

“Probablemente, la compañía quiere mantener sus clientes, sus cuentas bancarias, sus cadenas de suministro y su presencia en la UE”, afirma Liubchenko desde la NACP ucraniana. “Cambiar de nombre es uno de los métodos clásicos que usan las empresas que quieren evadir sanciones o adaptarse a ellas”. La estratagema, sin embargo, no fue la antesala de su repliegue en España, sino más bien lo contrario. Solo unas semanas después, uno de los Kamarian al frente de Gavary Group registró una segunda compañía en Vilassar de Dalt: BCN Modern Materials.

Letonia, el nexo para sus importaciones desde Rusia

Ninguna de las filiales españolas del grupo comercian actualmente con Rusia, según consta en las bases de datos de comercio internacional. Pero el holding sí ha seguido importando a la UE desde sus compañías rusas a través de Softteh, una empresa radicada en Letonia a nombre de Gaiane Dadoian, la madre de los hermanos Kamarian. Más de 60 cargamentos por valor de 1.1 millones de dólares desde marzo de 2023.

Las múltiples aristas del caso llevaron al Tesoro Público español a remitir el año pasado el expediente de Gavary Group a la Unidad de Inteligencia Financiera, encargada de redactar informes cuando aprecia indicios de blanqueo de capitales o financiación del terrorismo, así como a las fuerzas de seguridad del Estado. Pero los resultados de la investigación se desconocen. Desde el Ministerio de Economía se insiste en que esta clase de procedimientos son confidenciales.

Las dificultades de Kiev para impedir por sí solo que Gavary sigua vendiendo componentes a la maquinaria de guerra rusa, llevaron a su Gobierno a solicitar a sus aliados que adopten también sanciones contra el grupo empresarial. Hace casi un año Kiev sometió su candidatura a la UE, EEUU y Reino Unido, reenviada de nuevo a finales de este año. Pero de momento, ninguno de sus socios ha sancionado a Gavary Group. “Entendemos que nuestros aliados occidentales tienen distintas prioridades a la hora de aplicar sanciones”, afirma el director de la agencia ucraniana encargada de diseñar las sanciones. “Esa podría ser la explicación de porqué Gavary no ha sido sancionado, a pesar de que cumple con todos los criterios para tal designación”.

Sin sanciones europeas de por medio, tampoco los bancos españoles han movido ficha contra la empresa catalana del grupo, que opera a través de una cuenta en el BBVA, según la información a la que ha tenido acceso este diario. Fuentes de la entidad aseguran que, “en general, el programa de sanciones de un país afecta a las personas (físicas y jurídicas) sometidas a su jurisdicción y a los bienes que transitan por su territorio”. De ahí que, “las entidades europeas no tienen obligación de aplicar las sanciones de Ucrania salvo que exista un nexo con Ucrania”. El BBVA, señalan esas mismas fuentes, no tiene presencia en el país eslavo.

Suscríbete para seguir leyendo