TRAS 27 AÑOS

Bill Gates y Melinda French ya están oficialmente divorciados

La expareja ha dividido su fortuna de 130.000 millones de euros con un acuerdo de separación, según señala la revista 'People'

Una imagen de archivo de Bill Gates y Melinda French.

Una imagen de archivo de Bill Gates y Melinda French. / JEAN-CHRISTOPHE BOTT

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Bill Gates y Melinda French, la que fuera su esposa durante 27 años, ya están oficialmente divorciados, tal y como muestra el acuerdo aprobado por la Corte Superior del condado de King en Seattle (EEUU) al que tuvieron acceso los medios locales.

Se cierra así un proceso que comenzó el 3 de mayo, cuando French presentó el documento de divorcio en el condado de King, en Washington. En el mismo, explica que no tienen acuerdo prenupcial, por lo que finalmente han dividido su fortuna de 130.000 millones de euros con un acuerdo de separación, según señala la revista 'People'. 

En el escrito, la exmujer del magnate, de 56 años, aseguraba que "no se necesita manutención conyugal". Tampoco se establecía cuándo finalizó realmente su relación: "Le pedimos a la corte que disuelva nuestro matrimonio y descubramos que nuestra comunidad marital terminó en la fecha indicada en nuestro contrato de separación", solicitó entonces.

Se trata de un procedimiento sencillo, ya que el estado de Washington, donde tenían su hogar la familia Gates, existe una legislación muy clara sobre divorcio: requiere una división mitad por mitad de los bienes matrimoniales. Es probable que hayan habido otro tipo de arreglos, pero no han trascendido, por el momento.

Seguirán trabajando en su Fundación

Pese al acuerdo de divorcio, el exmatrimonio se comprometió a continuar su trabajo filantrópico juntos con la Fundación Bill & Melinda Gates, con sede en Seattle, que se ha convertido en una de las fuerzas más poderosas e influyentes en la salud pública mundial, gastando más de 50.000 millones de dólares en las últimas dos décadas para brindar un enfoque empresarial destinado a combatir la pobreza y las enfermedades.

Historial de infidelidades

Una vez anunciada la separación, medios estadounidenses sacaron a la luz las infidelidades del empresario, informático y filántropo estadounidense. Por ejemplo, el diario 'The Wall Street Journal' informó que tuvo "una aventura" con una ingeniera de Microsoft que comenzó en el año 2000. El romance extramatrimonial de Gates "terminó amistosamente", como el mismo ha señalado. La trabajadora en cuestión también confirmó a través de una carta haber sostenido una relación sentimental con Gates "durante años".

Tanto este 'affaire' como otros muchos del potentado empresario eran autorizados por Melinda French, según aseguró una fuente cercana al matrimonio a la revista 'People': "Ella era consciente de que había cosas, pero no está claro si conocía todos los detalles".

Melinda French autorizaba que su marido marchara de vacaciones una vez al año con una examante, llamada Ann Winblad. El fundador de la compañía de software Microsoft desarrolló una relación tan estrecha con ella que no pudo evitar mantenerla en su vida después de romper en 1987. "Incluso ahora, Gates tenía un acuerdo con su esposa de que él y Winblad podían disfrutar de unas vacaciones juntos", según publicó Walter Isaacson en su biografía de Bill Gates.

Al parecer, cada primavera, durante más de una década, Gates pasaba un fin de semana largo con Winblad en su cabaña en la playa en los Outer Banks de Carolina del Norte, donde "hacían ala delta y caminaban por la playa", según el escritor. La ex habló hace dos años de estas escapadas: "Compartimos nuestros pensamientos sobre el mundo y sobre nosotros mismos. Y nos maravillamos de cómo, como dos jóvenes superados, comenzamos una gran aventura al margen de una industria poco conocida y nos llevó al centro de un universo asombroso ", explicó Winblad.

Esta mujer era tan importante para Gates que este le pidió permiso antes de casarse con Melinda French. "Cuando estaba solo pensando en casarme con Melinda, llamé a Ann y le pedí su aprobación", recordó en 1997. Winblad finalmente no tuvo reparos en que se declarara y se casara. "Le dije que sería una buena pareja para él porque tenía resistencia intelectual".

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