LA MODELO TRANSEXUAL

Ángela Ponce, una miss transgresora

La aspirante por Cádiz es la primera concursante nacida hombre

Ángela Ponce, en una foto publicitaria.

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JULIA CAMACHO / SEVILLA

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Tiene medidas de infarto, esas de 90-61-90 que algunos consideran el canon de belleza. Melena castaña y unos ojos azules que miran desde la altura de su 1,77. Nada diferencia a Ángela Ponce de las compañeras con las que esta noche se verá las caras en el certamen de Miss World Spain, el antiguo Miss España, y que estos días hacen girar la cabeza a más de uno en Estepona (Málaga). Como ella dice, «no es rara», sino que simplemente su historia personal es «diferente»: es la primera candidata transexual.

«Yo soy una niña, siempre he sido una niña». Pero sus fotos de la infancia se empeñan en arrojar a un atractivo chico rubio, siempre con gestos delicados. La «historia diferente» de Ángela pasa por el descubrimiento llevado a cabo cuando tenía 11 años, al empezar a desarrollarse. «Vi que eso no es lo que quería, que algo fallaba», explica en el video de presentación de la Fundación Daniela de sensibilización sobre niños transgénero, el proyecto escogido para su reinado. «Siempre lo he sabido, pero no podía ponerle nombre por la falta de información a esa edad». Fue entonces cuando decidió que lucharía por ser «quien realmente soy».

En ese momento empezaría la batalla contra la incomprensión, aunque ella se siente «afortunada dentro de lo malo» porque siempre contó con el apoyo de su familia. «Cuando mis padres decían que podíamos coger un juguete, yo me iba para las muñecas. Y mi padre montaba la muñeca conmigo». La hiperfemenina Barbie era su pequeña victoria, y sus padres nunca le dijeron que lo suyo era jugar con coches. Cuando jugaba con sus primos siempre escogía un rol femenino, el de mamá, y le gustaba ponerse los vestidos de su madre o hacerse ropa con telas. Pero en los actos sociales le tocaba volver a la ropa masculina. No fue un trauma: de hecho, dice que hizo la Primera Comunión vestida de almirante y «feliz» ya que no sabía que podría llegar a ser mujer. Ese momento llegó en abril 2014, cuando una operación permitió a Ángela sentirse físicamente como la mujer que siempre se pensó.

«El problema está en la educación que recibimos desde pequeños, la sociedad no está educada para la diversidad. Es lo que me ha hecho hacerlo público», reconoce a la agencia Efe. Lamenta que la gente no sabe qué es la transexualidad, y que muchos lo siguen confundiendo con travestismo. «Aquí con mis compañeras me dicen: anda, yo es que tenía otro concepto antes de conocerte», confiesa.

Vecina de Pilas (Sevilla), compite en el concurso por Cádiz, su lugar de veraneo. Compagina su carrera como modelo profesional con el trabajo en el restaurante de sus padres, aunque aspira a acceder a la universidad y estudiar inglés. Y aunque no gane, lo tiene claro: «A mí lo que me importa es mirarme al espejo y ser feliz, ser yo».

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