Que suene Abba (III)

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Cuando subí hasta la capilla comprendí que el hombre tenía razón: se suda subiendo los empinados escalones de Agios Ioannis, aunque la vista y la paz compensa de sobras, siempre que no coincidas con un ruidoso grupo de turistas. Por la noche, mientras asistía a la proyección deMamma Mia!en Skopelos, comprendí que aquella película era la sensación del verano. En el cine al aire libre coincidían familias de la isla, que se excitaban al reconocer los lugares, y extranjeros que se excitaban con Abba. Al final todos sonreían felices, y hasta hubo quienes no resistieron la tentación de echarse a bailar al ritmo deDancing Queen. ¡Mamma mia, menuda isla!