Duques de Alba: el increíble nombre de la protección que podría haber evitado la tragedia del puente de Baltimore

Las imágenes del colapso del puente Francis Scott Key, en Baltimore (Estados Unidos), el pasado martes conmovieron al mundo. Tras varias horas, los equipos de rescato cesaron la búsqueda de las seis personas desaparecidas.

Asimismo, el accidente, provocado por el impacto del portacontenedores Dali contra uno de los pilares de la estructura al sufrir un apagón total, también afecta directamente al funcionamiento de la infraestructura portuaria, cuyo bloqueo impacta en las importaciones del país norteamericano y el sector del automóvil.

En las últimas horas, los usuarios se han hecho eco en redes sociales de un hilo de publicaciones donde el ingeniero gallego Iván Fernández Amil explica cómo –o, mejor dicho, qué– podría haber evitado el derrumbe del puente de Baltimore.

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Absorber y desviar impactos

"Este colapso se podría haber evitado si este puente [dónde impactó la embarcación] tuviera protección en sus pilares que tienen la mayor parte de los puentes que se encuentran en lechos fluviales o marítimos navegables, y que son conocidos como 'duques de alba', unas defensas que no son otra cosa que pilares de hormigón dotados de elementos para absorber impactos y proteger los pilares de sustentación de los viaductos", comienza explicando el autor del hilo. "Estos duques de alba no solo protegen de posibles impactos de barcos, sino que desvían la trayectoria de estos, evitando que ocurran accidentes como el del puente Baltimore", agrega.

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¿De dónde viene el nombre?

"Originalmente, se comenzó a llamar duques de alba a unas estructuras aisladas, formadas por un pilar empotrado en el fondo marino, que se utilizan para maniobras de una embarcación o para su atraque", explica Fernández Amil. "Parece ser que el nombre proviene de los Países Bajos españoles durante el imperio de los Habsburgo, el emperador Carlos I y su hijo Felipe II. En aquella época, el tercer duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, era el gobernador local de Flandes y era la persona más odiada del país", prosigue.

Y es que, "según la leyenda, el duque ordenaba en ocasiones atar a algún enemigo o condenado a esos pilares de amarre para que cuando subiera la marea se ahogaran, haciendo que el castigo tomara su propio nombre, duque de alba", dice una de las publicaciones del ingeniero.

Pero esta no es la única versión: "Otra leyenda dice que el duque era considerado un auténtico demonio y por eso los marineros arrojaban los cabos de sus amarres a estos pilares, imaginando que estaban lanzando una soga al cuello del duque de alba y un último mito afirma que comenzaron a llamarse así porque estos postes de amarre eran tan inflexibles como el mismísimo duque", añade el autor del hilo.

"El nombre se fue estableciendo por todo el mundo y, curiosamente, la expresión en castellano, 'duque de alba', se emplea en la actualidad en todos los rincones del planeta para definir estas protecciones. Por cierto, en Holanda todavía se asusta a los niños diciéndoles 'que viene el duque de Alba'", concluye.