Mamarazzis

Mamarazzis: ¿Luis Miguel Dominguín y Ana Obregón?

Ana Obregón y Luis Miguel Dominguín

Ana Obregón y Luis Miguel Dominguín / Made using TurboCollage from www.TurboCollage.com

Laura Fa

Laura Fa

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Miguel Bosé lo ha conseguido. Él solo tiene dos hijos, Diego y Tadeo. La legislación actual no permite establecer la filiación no matrimonial únicamente a través del vínculo afectivo. Así lo recoge el fallo del Tribunal Supremo y poco puede hacer Nacho Palau, que puso una demanda al cantante justamente para que la justicia reconociera que Ivo y Telmo también son hijos del cantante.

Miguel Bosé

"Con Diego y Tadeo he formado mi propia familia. La Tata ya no está aquí para educarlos y el torero para malcriarlos, así que me corresponde a mí esa tarea. Y esa será mi prioridad el resto de mi vida". Con estas palabras acaba la serie ‘Bosé’ de SkyShowtime donde a través de 6 capítulos nos narran la vida del cantante. ‘Bosé’ es un biópic aprobado y supervisado por el propio Miguel así que el final de la serie es lo que él quiere y por lo que ha luchado.

Él consiguió sus dos hijos a través de la explotación reproductiva y Nacho Palau otros dos, Ivo y Telmo, a través del mismo método. Cada uno utilizó su esperma para tener sus propios hijos. Nadie dijo que iban a ser hermanos. Se criaron juntos mientras eran pareja pero en la mente de Miguel, tal como demuestra en público y en privado, los hijos de Nacho no eran suyos. Solo lo son Diego y Tadeo porque para Miguel tiene más peso la genética que la vida. Los niños se quieren, mantienen contacto virtual casi a diario y se ven en épocas vacacionales. Solo son hermanos a ojos de Nacho Palau, que se ha manifestado públicamente en numerables ocasiones.

Miguel Bosé no lo ha hecho, así que la frase final de la serie es lapidaria. No considera a Ivo y Telmo sus hijos y no son ni su familia ni su prioridad. Por cierto, no es la única sorpresa que nos hemos llevado revisando la serie. El cantante parece justificar todos sus comportamientos a lo largo de su vida por una infancia marcada por las peleas de sus padres, Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé. No demuestra el más mínimo cariño hacia ninguno de los dos y solo habla de amor cuando se refiere a la Tata.

Reme se llamaba la mujer que lo cuidó y a la que parece rendir homenaje el cantante. Justo lo contrario que ocurre con Luis Miguel. Más allá de anécdotas que ya conocemos sobre cómo le costó al torero aceptar la carrera de su hijo o cómo lo obligó a cazar, hay una escena que nos ha dejado el corazón encogido. Luis Miguel Dominguín intentó seducir a Ana Obregón cuando esta solo tenía 16 años. En la serie es la propia Ana quien llorando le cuenta a Miguel que su padre ha intentado sobrepasarse con ella. Miguel reacciona e increpa a su padre. Le pide explicaciones. El torero le quita importancia. Muy típico de seroños machistas, claro.

Ana Obregón

Ana Obregón /

Como en el resto de medios lo han destacado como un intento de 'ligar' o una 'insinuación' del torero, las Mamarazzis vamos a hablar clarito. No va más allá la anécdota. Pero sí que queda claro, de ser cierta la narración, que además de matar animales, ser un marido permanentemente infiel, traumatizar a los hijos y llevar con ellos una educación casi violenta, Luis Miguel Dominguín estaba cerca de ser un abusador. A cada cosa, por su nombre. Un señor que rondaba los 50 intentando sobrepasarse con una niña de 16 hasta provocarle el llanto por la incomodidad, es eso abuso. Que quede escrito, por si acaso. Y además, es vomitivo.

Tamara Falcó

En ‘Sálvame’ explicaban esta semana que Tamara Falcó quiere perder 10 kilos en tres semanas para estar a punto para la boda. El 8 de julio está a la vuelta de la esquina y la hija de la Preysler quiere verse delgada.

Infinidad de programas y tertulias llevan días comentando el aspecto físico de la joven. Que si se está sometiendo a un tratamiento hormonal para embarazarse, que si los nervios de estos días, que si vuelve a tener problemas de tiroides, que si le dobla el perímetro abdominal a la madre... Muchos de estos comentarios son hechos por hombres, obvio. La gordofobia es imparable y no entiende de clases. Y menos si de una mujer se trata. Tamara va a estar radiante el día de su boda, como cualquier otra novia. Basta de esta presión estética que nos lleva a cometer locuras tan insalubres como encerrarse en una clínica para bajar 10 kilos. O cambiamos la mirada y aceptamos la diversidad corporal o seguiremos ejerciendo discriminación. ¡Ojito!