En Japón

La historia de los dos gatos que llevan dos años intentando entrar a un museo

Gato

Gato / periodico

María Aragón

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Ken-chan lo ha intentado una y otra vez, pero no hay manera. Este gato negro tiene entre ceja y ceja entrar al museo de arte de Onomichi, en Japón, desde finales de 2016, cuando vio una exposición sobre gatos desde la ventana. 

En declaraciones a The Guardian, el comisario asegura que en algún momento Ken-chan vio fotos de otros gatos y quiso "encontrar a un nuevo amigo", así que siguió volviendo una y otra vez. 

Lo intentó en diferentes ocasiones y en todas ellas se encontró un no por respuesta. En el museo ya conocen sus intenciones, y tratan de retenerle en la puerta con todo el cariño posible. 

No entiende por qué no puede pasar más allá, así que en algunas ocasiones simplemente se queda en la puerta quieto, esperando, y maullando como si así fuera a hacer que los empleados se sientan culpables y le dejen entrar. Su forma particular de hacer huelga.

Pero en los últimos meses ha sorprendido a los propios empleados, que ahora ven cómo ya no es un solo gato, sino dos. Su amigo Go-chan, como le han bautizado, se ha convertido en otra atracción más.

Ahora, las redes celebran la presencia de estos dos gatos y piden al museo que les dejen entrar definitivamente tras dos años de espera. Eso sí, el museo ya ha aprovechado para lanzar merchandising.