ESPANYOL - ATLÉTICO (MIÉRCOLES 24, 21.00 H)

Luis García, sobre la final ante el Atlético: "El vestuario se ha liberado y tiene muchas ganas de competir"

Un genial Sergi Darder devuelve la vida al Espanyol en Vallecas (1-2)

Luis García, en un entrenamiento del Espanyol.

Luis García, en un entrenamiento del Espanyol. / @RCDEspanyol

Marcos López

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El fútbol y las lágrimas de Sergi Darder (suma seis goles, su mejor marca en Primera) alumbraron en Vallecas, con el triunfo sobre el Rayo, el camino de la esperanza para el Espanyol. Quedan tres jornadas y está a un solo punto de la salvación. Pero este miércoles llega el Atlético de Simeone, encaramado con la mejor versión de Griezmann, al segundo lugar de la Liga. Es una final más. El tiempo se le acaba al equipo blanquiazul.

"El perico nunca falla y menos en un partido complicado", ha asegurado el técnico. "Siempre he sido echao p' alante, no sé si es bueno o malo. Ya sé que el partido es a las 10 de la noche, pero seguro que el perico encuentre la fórmula para ver, aunque luego al día siguiente tengan un poco de sueño puedan disfrutar", ha dicho.

"El vestuario se ha liberado y tiene muchas ganas de competir", ha proclamado Luis García, el técnico perico, asumiendo que se enfrentan, como él mismo ha reconocido, "al mejor equipo de la segunda vuelta".

Pero el Espanyol no tiene margen para pensar en el rival. Solo puede mirar a sí mismo para hallar a través de las genialidades que dejó Sergi Darder el pasado domingo la hoja de ruta adecuada para tumbar al Atlético. Hubo 100 "locos", como los definió el capitán blanquiazul, que viajaron a Vallecas después de las bofetada del derbi con el Barça.

Ahora, y pensando en el duelo del próximo fin de semana en Mestalla ante un Valencia que está más liberado tras derrotar al Madrid, se agotaron las 650 entradas que poseía el club en apenas tres horas.

Con las dudas de Gragera y Braithwaite

"Estamos bien a nivel mental y las únicas dudas son Gragera y Martin”, ha dicho el entrenador sin descartar al centrocampista ni tampoco a Braithwaite. Topa ahora el Espanyol con la reconversión del cholismo. "Tenemos que estar muy finos, ellos hacen muchísimas cosas bien. Es un partido de altura", ha reconocido Luis García, reconociendo que "el momento de liberación de los jugadores ha sido muy corto".

Tan corto que apenas ha durado 24 horas. "Merecimos ganar al Rayo, hicimos un gran partido y no quiero que se me olvide una cosa”, dijo el técnico blanquiazul sin que nadie le preguntara por Hernández Hernández, el colegiado que dirigió el duelo del pasado domingo.

"Con la victoria se me fue el santo al cielo, pero se habló mucho del árbitro porque se decía que el Espanyol nunca había ganado con él y se le criticó mucho. Debemos poner en valor la actuación arbitral, igual que salimos a quejarnos o excusarnos, debemos recordar que hay una doble ley de la ventaja en el segundo gol que es extraordinaria", ha recordado en alusión al gol de Nico Melamed tras una jugada sensacional de Sergi Darder.

“Nuestra tensión no ha bajado, pero te liberas. El otro día, en Vallecas, era una final; ahora es muy, muy parecido. Es clave estar fuertes mentalmente y no es sencillo porque somos personas porque en la responsabilidad que se echa a la espalda, como el caso de Sergi, se echa más de la que toca”, ha comentado en alusión a las lágrimas de alivio que derramó el capitán en Vallecas.

"Es algo condenable, no debería pasar y tenemos que erradicar no solo del fútbol sino de la vida. Todos somos iguales y desde aquí quiero mandarle un abrazo grande a Vinicius"

— Luis García, entrenador del Espanyol

Sobre el caso Vinicius fue rotundo el técnico del Espanyol: “Es algo condenable, no debería pasar y tenemos que erradicar no solo del fútbol sino de la vida. Todos somos iguales y desde aquí quiero mandarle un abrazo grande a Vinicius. Ese tipo de gente no puede entrar en un campo de fútbol. No me entra en la cabeza que una persona pueda discriminar a alguien por su color”, ha subrayado Luis García. 

“La única forma de frenarle es condenarlo y que la gente abra la mente. Ese tipo de personas nunca entren más en un campo ni disfruten de un espectáculo. El insulto es demasiado fácil. Y por pagar un entrada no puedes hacer lo que quieras. Nadie va al trabajo de otra persona, sea un funcionado o un banquero, a increparle”, ha añadido.