Tabarnia, una idea que plasma una derrota

El 21 de diciembre algunos celebraron mucho algo. Ese algo es lo más parecido a celebrar la nada. Celebrar ganar unas elecciones en las que tu victoria es totalmente inútil es no solo patético si no también irresponsable. ¿Qué se supone que estás celebrando cuando tu partido solo ha obtenido 37 escaños de 135? ¿Qué se puede celebrar cuando la posible coalición de gobierno que tenías pensada tan solo ha obtenido 57 escaños de 135? ¿Qué hay de célebre en que los supuestos partidarios de pertenecer al Estado español no lleguen ni tan siquiera a la mayoría absoluta?

Algunos, tras un par de días de resaca electoral y fiestas navideñas, se habrán dado de bruces con la realidad. No hay posibilidad de ganar al independentismo, al menos por medio de unas elecciones. Tras esta reflexión, a la que muchos habrán llegado, podemos ver como empiezan a defenderse engendros políticos fruto del ciberactivismo más troll.

La frustración que muchos habrán sentido se ha canalizado en una idea que plasma perfectamente dicha derrota. Tabarnia, el Ulster catalán, ya está en boca de muchos, y sorprendentemente, o quizá no tanto, gracias a la ayuda de las cadenas sensacionalistas y los principales derrotados de la noche del 21-D.

Preparémonos, cuando lo más absurdo representa una buena solución para los que anteriormente defendían lo que parecía más sensato ya todo se vuelve posible.