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Reivindicaciones de mujeres y pensionistas

Reivindicación en las callesMultitudinaria manifestación de pensionistas, el martes pasado, en Barcelona.

Reivindicación en las callesMultitudinaria manifestación de pensionistas, el martes pasado, en Barcelona. / AFP / JOSEP LAGO

Jesús Pichel

Mientras el problema secesionista está en pausa tensa, la participación más que masiva en toda España en las manifestaciones de mujeres del día 8 de marzo y en las de jubilados y pensionistas de estos días atrás -las "mareas", como se dice ahora- han ocupado la máxima atención política. En ambos casos se trata de reivindicar derechos: en el caso de las mujeres, de reclamar derechos que aún están por conseguir de forma efectiva; en el de los jubilados, de reclamar derechos perdidos.

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Culturalmente, las manifestaciones feministas son mucho más importantes que las de los jubilados, porque apuntan directamente a un cambio general de mentalidad, a una comprensión distinta de la realidad que elimine de una vez las desigualdades de género y posibilite que los derechos formales reconocidos para todos puedan ser materialmente ejercidos en igualdad por ellas. Su éxito -que esperemos que continúe- me temo que no tendrá consecuencias inmediatas, sino a medio/largo plazo.

Políticamente, sin embargo, son más relevantes las manifestaciones de los mayores porque sí pueden tener consecuencias inmediatas: en el 2017 había casi once millones y medio de mayores de sesenta años. Esto es, casi un 25% de la población total y algo más del 30% del censo electoral, descontando del total los nueve millones y medio de menores de 18 años. Reivindican, con razón, pensiones dignas y claman contra esa ridícula subida del 0,25%, que más que una subida es un insulto. La pérdida continuada de poder adquisitivo va precarizando las pensiones que, en muchos casos, ya son de miseria.

Políticamente son más importantes porque no es un secreto que los pensionistas son una parte significativa del electorado del PP y no sería extraño que, algunos o muchos de ellos, hartos de la situación en que se encuentran y del difícil futuro que les espera, cambiaran su voto.

Probablemente haya mujeres que no se vean representadas en las reivindicaciones feministas -ellas sabrán por qué-, pero probablemente todos los pensionistas sí se ven representados en las manifestaciones de jubilados, acudan o no a ellas, porque todos se ven afectados directamente por la precarización de sus pensiones. Rajoy pide paciencia, pero parece que a los jubilados se les ha terminado.

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