"Mi padre murió hace 6 meses en el atentado de Barcelona"

El 17 de febrero, se cumplirán seis meses desde que mi padre, Ian Moore Wilson, murió en el ataque terrorista en Barcelona y mi madre Valerie, su esposa durante 53 años, resultó gravemente herida.

La pérdida de mi padre ha sido devastadora y ha dejado un enorme vacío en nuestras vidas al que nos adaptaremos, pero nunca se llenará. Sin embargo, somos una familia que colectivamente hemos sido muy afortunados a lo largo de los años, siempre nos hemos sentido favorecidos, y nuestra experiencia después de la muerte de mi padre no es una excepción a pesar de las trágicas circunstancias.

En los últimos seis meses, hemos sido testigos de un lado compasivo y amoroso de la humanidad, a menudo en manos de completos extraños. Desde el momento en que ocurrió este incidente y la gente, que como mis padres, también paseaban por La Rambla, estuvieron a su lado y sostuvieron a mi padre cuando falleció y dieron consuelo a mi madre; a Albert Salvador, el hombre que ayudó a Robert a encontrar a mi madre y pasó a buscar incansablemente a papá (y que ahora ya es uno más de los Wilson); a los primeros en responder que valientemente arriesgaron sus vidas para proteger a los demás; a las innumerables personas que visitaron a mamá en el hospital germans Trias i Pujol de Badalona; a los médicos y enfermeras que la cuidaron tan increíblemente; a los profesionales legales que ayudaron a nuestra familia (y rechazaron el pago de sus servicios); a la funeraria que nos ayudó con la cremación y también rechazó el pago; al FC Barcelona y al RCD Espanyol que trajeron luz a la vida de mi hijo en momentos muy oscuros; a la Cruz Roja que nos ayudó con el transporte; y a la gente de Barcelona que dejó tarjetas, flores y mensajes de esperanza ... Estamos eternamente agradecidos.

El próximo agosto regresaremos a Barcelona para conmemorar el aniversario de la muerte de mi padre y de todas las víctimas del ataque a La Rambla y Cambrils. Confiamos en la justicia y esperamos que pronto sepamos toda la verdad sobre el ataque, nos reconfortará conocer los resultados de la investigación.

Mi padre era un hombre generoso, bondadoso y humilde que rutinariamente se desvivía por ayudar a los demás. Él creía que todos tenemos la responsabilidad común de cuidarnos unos a otros, apreciar nuestras diferencias y dejar este mundo en mejor estado de lo que era cuando llegamos. Ciertamente hizo eso por nuestra familia y por los muchos amigos que conoció en el camino. Lo que la gente de Barcelona ha hecho por nosotros a raíz de su muerte es un reflejo de su carácter y transmitiremos colectivamente su amistad, amor y compasión a medida que avanzamos en la vida.