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"Muy pronto, el modelo de atención comunitaria en salud mental no se podrá sostener"

Las urgencias y unidades psiquiátricas de los hospitales han experimentado un aluvión de pacientes debido al empeoramiento de la salud mental que ha provocado la pandemia. Los jóvenes son uno de los colectivos más afectados. El hospital de día de niños y adolescentes del Hospital Clínic de Barcelona atiende fundamentalmente a menores, de entre 8 y 17 años, con trastornos mentales graves (psicosis, depresión), trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y trastornos del espectro autista.

Las urgencias y unidades psiquiátricas de los hospitales han experimentado un aluvión de pacientes debido al empeoramiento de la salud mental que ha provocado la pandemia. Los jóvenes son uno de los colectivos más afectados. El hospital de día de niños y adolescentes del Hospital Clínic de Barcelona atiende fundamentalmente a menores, de entre 8 y 17 años, con trastornos mentales graves (psicosis, depresión), trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y trastornos del espectro autista. / RICARD CUGAT

Nadie discute hoy que la salud mental es una prioridad sanitaria (y social) de primer orden. Es innecesario justificar aquí el aumento desproporcionado de los últimos años en ansiedad y depresión, de ideas suicidas en adolescentes, de TCA o de cualquier otra patología psiquiátrica.

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También es justo decir que desde el Departament de Salut, con los Planes de Salud Mental se han implementado medidas que van corrigiendo el déficit histórico en inversiones y recursos para salud mental. Pero la atención comunitaria, básicamente los centros de salud de población adulta y de infanto-juvenil (CSMA y CSMIJ), llevan años sometidos a presiones asistenciales desorbitadas que se traducen, entre otras, en dos graves consecuencias que se retroalimentan: primero, la accesibilidad (lista de espera) cada vez más preocupante (hablo de primeras visitas en Psiquiatría o Psicología y hablo también de seguimientos, que pueden irse a tres o cuatro meses).

Segundo, la falta de profesionales. La presión asistencial en comunitaria, con agendas infernales, provoca una fuga masiva de profesionales de CSMA/CSMIJ a otros escenarios sanitarios más amables. Es un drama substituir una baja, una jubilación o la marcha de un psiquiatra en un CSMA/CSMIJ. Hasta los residentes, cuando terminan, priorizan cualquier otro servicio antes que un CSMA/CSMIJ sabiendo que supone jornadas maratonianas diarias.

Y así, la presión asistencial creciente provoca que nadie quiere quedarse en un CSMA y la falta de profesionales provoca que la presión aumente y crezcan las listas de espera. Soy coordinador de atención comunitaria desde hace más de 25 años, en unos pocos años estaré jubilado. Y temo que el modelo de CSMA/CSMIJ que conocí, desarrollé y amé no se podrá sostener.

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