A los independentistas les falta empatía y pasión

Melancolía es lo que siento ante la situación catalana. Andaluz universal, sin embargo amo a mi tierra y amo a las demás tierras, a mis gentes y a todas las gentes. Y, en el caso de Catalunya, vínculos familiares (aquellos madrugadores emigrantes) me hicieron viajar ahí. Y, siempre, he alabado, disfrutado y, a veces, envidado a ese pueblo.

Todo eso parece que ya no va a poder ser. Me pregunto qué virus ataca a los independentistas para no tener la más mínima empatía por los demás pueblos 'hermanos' de la península, cuando siempre hubo, y hay, continuas transfusiones de sangre íbera entre todos.

Pero me sorprende aún más, primero, la ignorancia para con el resto de los catalanes que no son independentistas. Y segundo, y respecto a estos, por qué no defienden o han defendido mejor, y con más pasión, sus posiciones. También ellos podrían haber salido a las calles y proclamar que no quieren ser provincianos ni gente viviendo exclusivamente dentro de una cerca-frontera.

Creo que han llegado a un punto de no retorno. Y es una pena porque si tuvieran algún recuerdo para los demás, los demás estamos deseando de darles un abrazo, sino fraternal (ahora Podemos dice eso), sí como viejos compatriotas enriquecidos por la diversidad.