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"La cultura de la dieta nos somete al perfeccionismo y la obsesión"

Un individuo comprueba los efectos de la dieta con el cinturón.

Un individuo comprueba los efectos de la dieta con el cinturón. / CARLOS MONTAÑÉS

Nacemos y luego crecemos con mitos sobre la alimentación que se instauran en nuestras vidas. Cuántas veces habrás oído que el arroz es malo, que el pan, el aguacate o los frutos secos engordan, que el agua con limón en ayunas y el té verde ayudan a bajar de peso, que una copa de vino al día es buena, que los carbohidratos por la noche engordan...

En la actualidad, estas creencias que nos impuso la misma cultura de la dieta ya están cambiando, pero, desgraciadamente, van surgiendo nuevas formas de alimentarse que son tóxicas. Que si dietas hipocalóricas, que si la dieta 'paleo', que si el ayuno intermitente, que si el 'real fooding'... Estas, en la mayoría de las personas, y, sobre todo en mujeres, solo crean perfeccionismo, ansiedad, obsesión, contar calorías, catalogar alimentos, alimentar el ego y provocar odio hacia tu cuerpo y hacia ti misma, al creer que si no bajas de peso es porque no tienes control ni la suficiente fuerza de voluntad.

No nos podemos engañar; hoy en día, vivimos en un mundo donde se promueve y se premia la delgadez y, además, esta es sinónimo de belleza y salud. Pero la realidad no es así, ya que nuestra salud depende de muchos factores, no únicamente el físico. Primero, dejemos de fijarnos tanto en los demás, y apostemos por una buena salud en todos los ámbitos. Y para poder cuidar de la salud mental, hay que desaprender todo lo aprendido para así empezar a escuchar nuestro cuerpo y practicar la autocompasión.

Para concluir, me gustaría hacer una reflexión. ¿De verdad crees que la solución es vivir toda una vida a dieta? ¿No deberíamos cambiar el enfoque y pensar que el problema está en los demás y no en nosotras mismas ni en nuestro peso? ¿Por qué no pruebas de mostrarte al mundo tal cual eres? Pregúntate, ¿A qué le tienes miedo...? Recuerda: tú no eres solamente tu físico.

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