La izquierda nos quiere engañar y la derecha nos tiene cansados

Aunque el PP tiene de cara la voluntad de la gente  gracias a algunos datos económicos, es manifiestamente claro que en lo  que refiere a lo social tiene algo de cojera, así como a la hora de  crear empleos estables, puesto que si hay algo que sea marca España en  la actualidad es el trabajo temporal, los sueldos indignos, y la  corrupción política.

Y sí, por supuesto que hay cosas buenas en este  país, sin embargo el ensalzar lo bueno no sé si sirve como argumento  para tratar de esconder lo que aún falta por hacer. Del otro bando,  PSOE y Podemos tienen una difícil tarea, uno más que el otro puesto  que la experiencia política en este caso juega en su contra.

La caída  del PSOE está claramente justificada por su pésima gestión económica y  su ceguera política, pues habría que decirle al señor Sánchez que los  malos números, tanto de déficit como de paro entre otros, que tanto le  gusta achacar al gobierno popular se generaron en las legislaturas del  anterior gobierno socialista, los populares recogieron lo sembrado,  así que es justo dar al César lo que es del César.

Podemos parece haber ganado apoyos a fuerza de promulgar medidas tan  populares como impracticables, como rentas mínimas garantizadas,  referéndums de autodeterminación, un poco siguiendo las ofertas de  navidad de la campaña electoral. Pero sin duda, el éxito de Podemos  en Catalunya tiene una medida estrella, el referéndum. Veamos cuántos  apoyos logran para reformar la Constitución para que esa medida pueda  empezar a ser debatible.

Creo que es deber de la ciudadanía pensar qué  tipo de España quiere y, sobre todo, qué tipo de gobierno quiere para  España, uno que esconda la cabeza en los buenos resultados para tapar  los malos, o uno que prometa sin censura todo aquello que sabe que no  podrá cumplir. Sospecho que tendremos ocasión de valorar de nuevo la  alternativa a ambas cosas, y valorarla con mejores resultados de los obtenidos.