No me gustan los vídeos de sexo en público, pero menos las políticas actuales

Media España está escandalizada porque una pareja se puso a media noche a hacer el amor en el metro. Muchos lo llaman fornicar, porque el escenario era una parada de metro bastante concurrida. No es agradable presenciar como una pareja se enrolla y hace el amor públicamente. Sin embargo, hoy, en una emisora de radio, contaban la noticia entre risas y bromas. Solo por el tono y la forma de explicarlo casi merece la pena que haya sucedido, los culpables no han robado, matado a nadie o bombardeado, ni han mentido, arruinado o ninguneado.

Por unos minutos, la emisora ha dejado de describir calamidades porque la prioridad es encontrar a la pareja y multarla por hacerlo en público. Prefiero el sexo en público, que un cinturón de explosivos, la verdad, aunque es cierto que la escena no entra dentro de los parámetros normales de civismo. Tampoco hubo ni muertos ni heridos y era horario nocturno, ningún niño pasaba por allí, todas las noticias espantosas deberían ser de este tipo, seguro que el mundo iría mejor en todos los sentidos, todas las aberraciones, refugiados, guerras y terroristas tendrían que ser noticia por fornicar en público, como llaman al hecho de hacer el amor en una estación de metro, en vez de violar los derechos de la humanidad por descerebrados un día tras otro.

No me gusta el vídeo en cuestión, pero menos me gustan las políticas dictatoriales que se vienen aplicando últimamente. Prefiero que una emisora de radio se lo pase bien dando una noticia así, que la noticia sea fruto del desencanto de una humanidad podrida capaz de arruinar la más preciada de las sensaciones de la vida.