Carta a Rajoy: No hable de recuperar la normalidad en Catalunya

Señor Rajoy, ya basta. Por favor, le pido que deje de hacer el ridículo de esta manera. ¿No lo ve, o no quiere verlo? Creo que me quedo con la segunda opción. Porque sé que tiene miedo. Miedo a perdernos. Bueno, a nosotros no, más bien tiene miedo a perder nuestro dinero y nuestras aportaciones, en general, al Estado español. Le entiendo, lo digo de verdad, porque yo también tengo miedo. Miedo a seguir perdiendo algo más allá de mi dinero y mis aportaciones: mi dignidad.

No voy a hacer un repaso a la historia de mi pequeña nación. Ya se la han repetido más veces de lo que tocaría. En realidad solo quiero mostrarle el punto de vista de una joven de 21 años con toda una vida por delante. Una joven que aspira a seguir madurando en un país libre y democrático. No como el que usted regenta.

Me gustaría reflexionar acerca de su ya tan repetida frase "recuperar la normalidad". Lo siento, pero, ¿qué entiende usted por "normalidad"? A mi corta edad, creo que nunca he vivido esa normalidad que tanto anhela. ¿Qué es normal? ¿Un estado que ataca a sus diferencias culturales en vez de promover su diversidad? ¿Un estado que menosprecia la enseñanza de una lengua cooficial y que representa la lengua materna de millones de ciudadanos? ¿Un estado que no promueve ningún tipo de política de igualdad entre hombres y mujeres? ¿Un estado que tiene más presupuesto en defensa que en sanidad o educación? ¿Un estado que pretende, literalmente, amordazar a su sociedad? ¿No cree usted que, con todo esto, entre muchas otras cuestiones, tengo derecho a quejarme. 

¿Pues sabe, qué? Al menos yo tengo a un presidente que sí me escucha. Porque eso es exactamente lo que el 'president' Puigdemont está haciendo: escuchar y aplicar lo que estamos pidiendo desde hace años. Millones de personas no salen a la calle tantos años seguidos por nada. Millones de personas no se manifiestan por nada. Millones de personas no se están quejando por nada.

Desde mi más humilde posición, quiero decirle algo importante. No conseguirá nada atacando a mi presidente. No conseguirá nada atacando a la Generalitat. No conseguirá nada atacando a los Mossos. Porque el poder lo tenemos nosotros, señor Rajoy, el pueblo. Y si el pueblo quiere irse, se irá. Así, sin más. De hecho, ya hace bastante tiempo que, mentalmente, estamos desconectados de usted y sus cómplices.

No pretenda acallar a los más de 2,2 millones de ciudadanos que, a pesar de recibir mil y un golpes indiscriminados, votó. A los catalanes no se les hace entrar en razón tan fácilmente, créame, los conozco muy bien. Ni se le ocurra volver a decir que no hubo referéndum, porque yo misma con mis propios ojos vi a la gente entrar a votar a los colegios electorales con una sonrisa en la cara y, a menudo, con lágrimas de felicidad y esperanza. Ni se le ocurra volver a decir que la actuación policial fue proporcionada. Derramar sangre para ejercer un derecho básico de forma pacífica nunca es proporcionado. Y en definitiva, ni se le ocurra decir que nada de esto ha pasado, que nada de esto tendrá efecto, y que nada de esto cambiará nada.

Pues eso, señor Rajoy. No intente "recuperar la normalidad". Porque en los últimos años nunca la ha habido.