#20D: ¿Ingobernabilidad o pacto social?

¡Pasen y vean! ¡Hagan sus apuestas! ¿Quién gobernará España? A pesar  de las palmaditas en la espalda de los representantes de los cuatro  partidos más votados, la situación desde luego es para echarse las  manos a la cabeza. El nerviosismo y la incertidumbre ocupan un lugar  central en la sociedad española, que si algo ha puesto de manifiesto  mediante sus votos, es la inminente necesidad de un cambio.

 Bien es cierto que el PP sigue siendo la fuerza política más  votada, gracias quizás a la homogeneidad de sus votantes,  pero no es  ni mucho menos suficiente para gobernar un escenario  tan variopinto,  donde la denominada izquierda política, pese a sus divergencias  ideológicas, ha obtenido una representación difícilmente eludible.  Esto ha convertido en la gran protagonista de la jornada a la injusta  ley electoral, que ha levantado numerosas quejas respecto a su  inadaptabilidad con los tiempos que corren y ha reabierto el debate  acerca de la falta de concordancia de los escaños obtenidos con los  resultados reales obtenidos en las urnas. Es prioritario que la  equidad se extienda a todos los ámbitos del sistema  para poder  solventar el difícil contexto en el que se han desarrollado las  elecciones electorales más controvertidas y disputadas de la historia española.

A pesar de que la ingobernabilidad parece haberse convertido en  sinónimo de España, el resultado electoral podría ser positivo, ya que  avoca a todos los partidos al diálogo, poniendo de manifiesto la  necesidad de representar a todas las voces de la heterogénea  ciudadanía, que ayer reflejaron en las urnas que no debe tener  prioridad una perspectiva sobre otra, sino que la realidad hace  necesario un nuevo pacto social y político  que incluya a toda la  sociedad en su conjunto.

Ahora bien, ¿primará el sentido común y la responsabilidad para con  un país que está cansado de estar cansado? ¿O seguiremos con el "tú  hiciste y yo prometo" característico de la política española? Por una  vez se presenta la oportunidad  hacer honor a la palabra democracia, y  que esta no siga siendo la imposición de una pequeña mayoría frente  una gran minoría, sino que los acuerdos y la tolerancia sean su moneda  de cambio, y la salida a flote de España se haga a través de la  educación y las reformas sociales, y no a través del estrangulamiento  y la degradación de la ciudadanía.