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Un falso voluntario en un 'hostel' de Barcelona: "Compartía habitación con siete personas y no había comida para todos"

Un joven italiano explica en una carta a este diario que le ofrecieron comida y techo a cambio de trabajar 25 horas semanales

Diego posa en la plaza de Gaudí, con el templo de La Sagrada Familia al fondo.

Diego posa en la plaza de Gaudí, con el templo de La Sagrada Familia al fondo. / MANU MITRU

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Luis Benavides
Luis Benavides

Periodista

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La experiencia de Diego como “voluntario” en un 'hostel' situado en el barrio de Les Corts de Barcelona duró apenas una semana. “Compartía una habitación de unos 12 metros cuadrados con una pésima ventilación con otros siete voluntarios, y no siempre había comida suficiente para todos”, relata el joven italiano, de 25 años, que ha escrito una carta a la sección ENTRE TODOS de este diario. Medita solicitar una inspección en el Departament d'Empresa i Treball. Responsables del establecimiento niegan rotundamente la versión del lector, pero declinan clarificar por completo su paso por el alojamiento.

Supuestamente Diego no superó un periodo de prueba del que no tenía conocimiento, aunque él sí debía avisar dos semanas antes de abandonar el voluntariado, protesta. No firmó ningún documento, pero la estancia mínima era de un mes. “En este 'hostel' empecé el viernes 28 de abril. Recibí una pequeña formación y cumplí con todas mis obligaciones y turnos, pero también busqué otro trabajo en un bar para mis gastos y eso no les gustó, querían una mayor implicación”, asegura el joven italiano.

Aporta conversaciones, fotografías y varios documentos que acreditarían su estancia en este establecimiento, como una tabla con los turnos en la que aparece su nombre y la llamada ‘Helper Bible’ (la biblia del ayudante), un documento interno que resume la filosofía del lugar y las obligaciones de las personas voluntarias. “¿Por qué te necesitamos? Necesitamos ayudantes como enlace entre el personal y los invitados. Ellos ayudan a romper la pared y funcionan como un pegamento entre los dos elementos”, reza el texto.

Habitación compartida por Diego con otros jóvenes 'helpers'.

/ Diego A.

A prueba sin contrato

“Buenas vibraciones traen grandes sonrisas”, aseguran en este decálogo, aunque la realidad dista mucho de ser tan idílica, según la experiencia del lector. “La atmósfera de trabajo no era buena, el nivel de exigencia es alto y recibí la bronca de alguna compañera”, recuerda. En esa biblia del buen voluntario o ‘helper’ también se puede leer que “esto no es un trabajo, sino una forma de vida”. Sin embargo, una portavoz de la cadena de 'hostels' -con presencia en media docena de países- explica a este diario que los presuntos voluntarios son en realidad estudiantes en prácticas. "Los recibimos en el 'hostel' para conocerlos personalmente y explicarles cómo funcionan las prácticas, si vemos que hay un verdadero interés y la personas es apta para el puesto continuamos con el contrato. No fue el caso de este chico y por eso no continuamos con el proceso", subraya.

Según el establecimiento, esos 'helpers' a los que también llaman 'interns' son estudiantes de inglés en prácticas; aunque en ninguno de los documentos facilitados por el joven italiano consten actividades relacionadas con el idioma. El lector se toma a broma este punto: "La gente que quiere mejorar su inglés no viaja a España". La compañía no ha facilitado ningún documento al respecto, amparándose en su "política de privacidad de datos". Tampoco hay información al respecto de estas prácticas o convenios con alguna escuela de idiomas en su página web.

Fenómeno antiguo, pocas sanciones

Diversas plataformas, como Workaway y Worldpackers, amparándose en una mal entendida economía colaborativa, ofrecen ofertas similares a las descritas por el lector en numerosos 'hostels' y albergues del mundo. Las funciones a desempeñar durante este supuesto voluntariado dirigido a jóvenes “viajeros” van desde cubrir el turno de noche en la recepción a servir copas a los huéspedes. Lo más habitual es trabajar unas 25 horas a la semana, librar tres días y cobrar en especie: alojamiento gratuito, alguna comida y descuentos en fiestas.

Una de las aplicaciones que ofrecen "alojamiento gratuito" a cambio de "voluntariado".

/ EL PERIÓDICO

Fuentes del Departament d’Empresa i Treball de la Generalitat, consultadas por este diario, recuerdan que “cualquier actividad laboral requiere un contrato y alta en la Seguridad Social”, por lo que estas ofertas de trabajo presentadas como voluntariado son “ilegales” al suponer un fraude. La empresa, subrayan, “se está beneficiando del trabajo de estas personas”.

Los inspectores de trabajo no visitan cada uno de los hostales persiguiendo turistas que trabajen sin contracto ni cotización ni seguro, pero si Diego finalmente denuncia podrían presentarse en ese establecimiento. A finales del pasado año, recuerdan fuentes de Empresa i Treball, sancionaron con 43.295 euros un ‘hostel’ sito en el barrio de Gràcia que también ofrecía cama y una comida a cambio de 25 horas de trabajo. Esta sanción fue considerada “pionera” y no se conocen más casos por ahora.

Nómada vulnerable

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Diego sigue en Barcelona, pagándose una habitación en otro hostal próximo a la Sagrada Família, tirando de ahorros. No descarta dormir en la calle si se queda sin dinero, y ya ha pedido ayuda para comer en entidades como el Menjador Social Gregal. El próximo 7 de junio tiene cita para obtener el NIE, con el que pretende regular su situación y encontrar un trabajo de 'bartender', un oficio que le apasiona y que descubrió trabajando en una coctelería de Dublín.

Su intención es quedarse en Barcelona al menos durante un año y acabar de perfeccionar el castellano, una lengua que habla con fluidez. “Ya estuve un año y medio en Dublín aprendiendo inglés, ahora quiero perfeccionar el español y me gustaría ir a París para aprender algo de francés. Estoy haciendo una especie de ‘Gran Tour’ para aprender idiomas y crecer como persona”, explica ilusionado.