Entender + con la historia

La virgen que navega | + Historia

Este sábado es el día de la Virgen del Carmen, protectora de la gente del mar, y se celebra con procesiones en muchos pueblos de la costa. Ahora es una tradición muy arraigada, pero empezó de forma discreta hace tres siglos

Procesión marinera en Palamós, en 1975.

Procesión marinera en Palamós, en 1975. / Narcís Sans (Ajuntament de Girona)

4
Se lee en minutos
Xavier Carmaniu Mainadé
Xavier Carmaniu Mainadé

Historiador

ver +

Con el calor que hace, seguro que este sábado las playas se llenarán hasta los topes. A los que no estén pendientes del santoral les llamará la atención si se encuentran con un grupo de personas cargando a una madre de Dios en una barca. Y es que el 16 de julio se celebra la Virgen del Carmen, protectora de la gente de mar.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

Según manda la tradición, aquel fue el día de 1251 en que la madre de Cristo se apareció a Simon Stock, un religioso carmelita inglés. La orden de los carmelitas había nacido décadas antes, cuando un grupo de cristianos (formado por peregrinos y croatas) quiso emular la vida del profeta bíblico Jeremías, que vivió en la montaña del Carmelo de Palestina. Los cuatro pilares básicos de la institución eran el ejercicio del trabajo manual, la penitencia, la oración y la vida contemplativa. Además, sus miembros debían hacer voto de pobreza por ser una orden mendicante. Alrededor de las celdas construyeron un templo dedicado a la Virgen María del Monte Carmelo.

Por entonces, Palestina era campo de batalla contra los musulmanes y eso hizo que muchos carmelitas se marcharan a Europa. Esto explica que la Virgen María localizara a Simon Stock en las islas británicas. Como otras órdenes similares, a lo largo de la Edad Media la institución se fue expandiendo, como lo hacía la devoción mariana, que cada vez tenía más seguidores.

A la madre de Jesús se le daban varios apodos, uno de los cuales era Stella Maris, o sea, Estrella del Mar. Cabe decir que algunos estudiosos sostienen que ese calificativo en realidad surgió de un error de transcripción cometido por algún monje copista. Sea como fuere, aquello permitió elaborar infinidad de analogías y metáforas, convirtiendo a la Virgen en guía de las almas que buscaban su rumbo, al igual que lo hacían los navegantes que surcaban los mares. Por tanto, tenía todo el sentido del mundo que se encomendaran a ella cada vez que iniciaban un viaje.

Ahora bien, no era la única divinidad que protegía a la gente de mar. En la época medieval los oficios se organizaban en gremios y todos tenían su patrón o patrona. Era habitual que en la parroquia del municipio le dedicaran una capilla con su imagen y el día de su onomástica fuera la fiesta patronal de los agremiados. Esta figura solía tener algún tipo de relación con el oficio y podía variar en función de cada territorio según las tradiciones locales. En el caso de Catalunya, por ejemplo, durante muchos siglos el patrón de los pescadores fue San Pedro porque, según explica la Biblia, ese era su menester. De hecho, hoy en día, hay cofradías de pescadores que el 29 de junio (o la noche de la verbena) todavía celebran una fiesta.

En cambio, otra gente de mar, como marineros, preferían a un santo llamado Erasmo o Elmo (no confundir con San Pedro González Telmo), que según la tradición cristiana había sido martirizado por el Imperio Romano cuando era obispo de Formia, una localidad a medio camino entre Nápoles y Roma. Parece que en Catalunya su devoción llegó gracias a la conexión con los mercaderes y puertos italianos, y a él rezaban cuando debían enfrentarse a los peligros del mar. Por eso, en todo el litoral hay ermitas, capillas y calles llamadas Sant Elm.

Pero ni las tradiciones más arraigadas son eternas, y en el siglo XVIII, el almirante mallorquín Antoni Barceló Pont de la Terra introdujo la devoción mariana entre los integrantes de su tripulación. Como fue un personaje muy influyente de su época, la Virgen del Carmen enseguida fue adoptada como patrona de la flota de la armada de la España borbónica.

Esto tuvo un efecto directo sobre la sociedad civil, y progresivamente se fue produciendo la sustitución de los patronazgos tradicionales, al igual que ocurrió, por ejemplo, en el mundo del campesinado cuando, por influencia de los obispos castellanos llegados a Catalunya, se dejó de lado a Sant Galderic para empezar a rezar en San Isidro. Y es que, aunque parezca que las celebraciones y los rituales religiosos son ancestrales e inamovibles, lo cierto es que van evolucionando con el tiempo, y con frecuencia por razones ajenas a la fe, como puede ser un cambio de dinastía en el trono.

 


Noticias relacionadas

Barceló, ese almirante célebre

El almirante Barceló fue una celebridad en su época. Con solo 20 años ya perseguía a los piratas que atacaban las costas catalana y balear. Además de buen navegante era un gran estratega, y esto le permitió ir ascendiendo dentro del escalafón militar durante los reinados de Carlos III y Carlos IV, al participar en batallas en Gibraltar y el norte de África.