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Vecinos del Eixample denuncian un centro de masajes con "final feliz"

Un lector afirma que en el principal de su edificio se realizan encuentros de carácter sexual y pide la intervención del Ayuntamiento de Barcelona, que ya investiga el caso. Los propietarios del negocio niegan rotundamente las acusaciones.

Portal de una finca de la calle Aragó en que los vecinos protestan por la actividad de un centro de masajes eróticos

Portal de una finca de la calle Aragó en que los vecinos protestan por la actividad de un centro de masajes eróticos / Jordi Otix

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Luis Benavides
Luis Benavides

Periodista

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R. G. tiene muy mala suerte con los pisos. Sus dos últimas experiencias, al menos, han sido un desastre. Explica que salió por patas de un enorme bloque de la avenida de Diagonal por el piso turístico ilegal que tenía justo debajo y acabó hace un año en una finca de estilo modernista de la calle de Aragó mucho más familiar pero con un "centro de masajes eróticos" que genera, según dice, más molestias. 

En una carta enviada a la sección Entre Todos este lector, de 46 años, asegura que la sensación de inseguridad, los destrozos en las zonas comunes y la suciedad se han convertido en el día a día de su escalera, algo que no entraba en sus planes cuando decidió trasladarse a la zona noble del Eixample, a cuatro pasos del paseo de Gràcia y sus tiendas de lujo. “Nos encontramos ‘kleenex’ en el suelo, colillas en los buzones y botellines en la escalera, y el administrador de la finca no hace nada”, asegura este lector, que lamenta cómo “los pisos de altas cunas se han convertido en pisos de bajas camas”. Y es que los vecinos de este bloque situado en el 227 de esta calle del Eixample, no solo R.G., están convencidos de que el principal acoge encuentros de carácter sexual y así lo han denunciado a la Guardia Urbana.

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Otra vecina, M.R., que lleva 16 años viviendo en esa finca, explica a este diario que es obvio que los responsables del centro Exhala ofrecen algo más que los tratamientos de estética para los que tienen licencia, o los masajes que en la web anuncian que tendrán “final feliz”, y sospecha que también se alquilan habitaciones por horas, extremos que han denunciado telemáticamente al Ayuntamiento sin poder aportar ninguna prueba. “Tienen un contrato de local y supuestamente su horario es hasta las diez de la noche, pero se escuchan jadeos a altas horas, con la luz siempre encendida”, asegura la vecina, madre de dos jóvenes. “Lo que llevo peor es que siempre se estropee la puerta de la entrada con tanto cliente y encontrarme continuamente con gente extraña en el rellano”, añade.

Los vecinos se quejaron en un primer momento al administrador, en repetidas ocasiones, y al comprobar que este les renovaba el contrato optaron por denunciar y compartir sus recelos. Para ellos, el verdadero final feliz solo llegará con la rescisión del contrato de alquiler al centro de masajes.

Masajes tántricos

Este diario se ha puesto en contacto con el gerente del centro de masajes eróticos, que asegura tener licencia para realizar masajes eróticos pero que nunca ofrecen sexo. “Si viene una pareja a recibir un masaje tántrico en una de nuestras salas y al final deciden tener sexo… Ahí no me puedo meter”, asegura el responsable del centro, que anuncia medidas legales contra aquellos que difamen sobre su empresa. 

En la página web detallan que “utilizan una gran variedad de técnicas e incluso su propio cuerpo” para conseguir “un estado de estimulación física y mental” imposible de alcanzar “con ningún otro método”. Los precios oscilan entre 140 y 580 euros y, aclaran, “no se ofrece sexo”. Las y los masajistas del local que aparecen en la web aparecen ataviados con lencería sugerente y su presentación avanza que "saben cómo activar placenteramente" la "multitud de zonas erógenas" del cuerpo humano en las diversas especialidades de masaje "erótico", "tántrico", "gay/lésbico", "prostático" o "nuru". Respecto a los horarios, el gerente de Exhala asegura que nunca coge citas para masajes pasadas las diez de la noche, pero que algunos clientes pueden entrar sobre esa hora y salir más tarde. 

El establecimiento de la discordia goza, sin embargo, de buena reputación en internet, donde se pueden leer comentarios de personas muy satisfechas con el trabajo realizado por sus masajistas: “Buen lugar para desconectar. Un poco caro, pero valió la pena. Me fui de allá contento”, dejó escrito un usuario satisfecho. “Un buen sitio para probar algo nuevo. Me parece un poco caro, pero el servicio lo compensa”, comentó otro.

Convivencia rota

Se respira mucha tensión en el interior de esta pequeña finca sin ascensor del Eixample. Vecinos de la escalera lamentan que este centro de masajes eróticos pueda estar presuntamente realizando actividades que nada tienen que ver con su licencia con total impunidad. Los propietarios del centro de masaje, por su parte, les acusan de racistas, de romperles el buzón y de haber puesto en marcha una campaña para hundir su negocio. Denuncian, asimismo, que sus vecinos llaman a la policía en cuanto realizan cualquier tipo de obra -la última fue la instalación de un aire acondicionado-. Se sienten perseguidos. Con todo, desde el Distrito confirman a EL PERIÓDICO que consta una denuncia y comprobación por parte de la Guardia Urbana de unas obras para hacer cambios en la distribución de la vivienda para las cuales no habían pedido licencia. Se trata de una infracción leve de deberán legalizar, apuntan desde el consistorio.

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Respecto a la licencia, las mismas fuentes municipales explican a este diario que les consta un permiso de salón de belleza en el principal del edificio, admitido con fecha 26 de noviembre de 2021, que habilita para desarrollar una actividad comercial de servicios a las personas relacionadas con su imagen. Esta licencia, subrayan, no les permite realizar ningún tipo de masaje. 

Queda pendiente comprobar o constatar por parte de los agentes las actividades que nada tienen que ver con un salón de belleza descritas por el lector. Tanto desde el departamento de licencias como desde la Guardia Urbana, añaden las mismas fuentes, se está realizando seguimiento de este caso.