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La obsesión de los desinformadores con los laboratorios: de Wuhan a Ucrania

Los centros de investigación científica son objeto de numerosas teorías infundadas. El creciente protagonismo de los supuestos laboratorios de armas biológicas en Ucrania es comparable con la atención que recibió al inicio de la pandemia el Instituto de Virología de Wuhan. Verificat repasa los bulos sobre este tema.

El embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vasily Nebenzya, muestra fotografías durante el Consejo de Seguridad reunido el 11 de marzo de 2022, tras la invasión de Ucrania.

El embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vasily Nebenzya, muestra fotografías durante el Consejo de Seguridad reunido el 11 de marzo de 2022, tras la invasión de Ucrania. / Carlo Allegri / Reuters

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El pasado 11 de marzo, el embajador ruso en las Naciones Unidas, Vasily Nebenzya, presentó ante el Consejo de Seguridad unos folios que, a su juicio, demostraban al mundo una teoría que Moscú lleva repitiendo desde el principio de la invasión de Ucrania: que Kiev dispone de laboratorios de armas biológicas financiados por Estados Unidos. La ONU insiste en que no hay pruebas de que estos laboratorios existan. De ser reales, Ucrania y Estados Unidos estarían desoyendo la Convención sobre Armas Biológicas que ambos países han ratificado y que prohíbe a los estados almacenar o producir armas de este tipo.

La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, acusó a Rusia de difundir “extrañas teorías de conspiración”, pero las imágenes de los supuestos acuerdos para construir los laboratorios ya habían dado la vuelta al mundo. Probablemente, pocos de quienes las creyeron las habían leído en detalle. “Con la desinformación participativa, a menudo vemos cómo las ‘élites’ construyen un marco o ponen la semilla de una narrativa y luego las audiencias/participantes trabajan para reunir ‘evidencia’ para alimentar este marco o esta narrativa”, escribía en Twitter hace unos días Kate Starbird, experta en desinformación digital de la Universidad de Washington.

La teoría sin sustento de los laboratorios de armas biológicas es un claro ejemplo de cómo el Kremlin está usando la desinformación en internet para justificar su decisión de declarar la guerra a Ucrania. Una de las técnicas a las que está recurriendo Moscú es la conocida como “continuidad retroactiva”, según explican Rory Finnin (experto en Estudios Ucranianos) y Jon Roozenbeek (investigador en Psicología), ambos miembros del grupo de trabajo sobre Desinformación y Alfabetización Mediática de la Universidad de Cambridge, en un artículo conjunto publicado en 'Politico'. Este mecanismo consiste en “reescribir el pasado para adaptarlo al presente”, escriben. En este caso, convencer a los lectores de que existen pruebas de que Washington y Kiev firmaron un acuerdo para construir un laboratorio en Ucrania.

Este tipo de estrategia es similar al 'gas lighting', explican los expertos, un mecanismo de manipulación frecuente en relaciones de pareja que consiste en hacer que la persona manipulada crea que es ella la que tiene un problema por ver las cosas de una manera distinta  a la realidad. La acumulación de pruebas (falsas), la repetición de una idea o la construcción de un relato de “quien esté libre de culpa que tire la primera piedra” contribuyen a confundir a los usuarios de internet y hacer calar los mensajes falsos o sin evidencia. 

Además del Consejo de Seguridad, agencias de 'fact-checking' de todo el mundo (Verificat, AFP, PolitiFact, FactCheck.org, Snopes o EFE Verifica) han explicado que no existen evidencias de que estos laboratorios existan. Es cierto que Estados Unidos ha financiado la construcción de algunos laboratorios en Ucrania, pero no tienen el objetivo de fabricar armas, sino que se encargan, precisamente, de prevenir amenazas biológicas, entre otras actividades, según explica la embajada de los Estados Unidos en Ucrania y el Servicio de Seguridad ucraniano. Estos laboratorios cuentan además con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), perteneciente a la ONU.

De QAnon a Fox News

Los laboratorios llevan en el centro de la desinformación desde el inicio de la pandemia del coronavirus, cuando los focos se centraron en el Instituto de Virología de Wuhan (China), que ha sido objeto de diversas teorías infundadas. Ahora, han recuperado su protagonismo tras el estallido de la guerra en el este de Europa, aunque el foco ha pasado de ser el origen de la pandemia al argumentario de Moscú para invadir el país vecino. Hay quienes incluso vinculan ambos hechos.

QAnon, un grupo que afirma, entre otras teorías de la conspiración, que el expresidente norteamericano Donald Trump libra una guerra contra una élite secreta de pedófilos que gobierna su país en la sombra, fue uno de los impulsores de la idea de que “el virus chino” había sido fabricado y liberado por el gobierno de Pekín desde el laboratorio de Wuhan. Las teorías propagadas por los defensores de este movimiento, que fueron los propulsores de las acusaciones de fraude durante las últimas elecciones estadounidenses que acabaron con la toma del Capitolio, han sido desmentidas en varias ocasiones.

En febrero de 2022, horas después del primer bombardeo de Rusia en Ucrania, un conocido seguidor de QAnon tuiteó que el país del este de Europa tenía aproximadamente 30 laboratorios biológicos supuestamente financiados por Estados Unidos, según explica 'The Guardian'. La acusación es una reivindicación histórica del Kremlin, que acusa a Washington de tener un programa secreto de armas biológicas en países fronterizos con Rusia o China. El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, había afirmado en una entrevista al medio ruso 'Kommersant' publicada el 7 de abril de 2021 que su gobierno tenía buenas razones para creer que Ucrania estaba desarrollando armas biológicas cerca de la frontera rusa, e insinuó que estos “laboratorios estadounidenses” estaban relacionados con la pandemia del coronavirus. Ahora, los laboratorios ucranianos se relacionan incluso con la familia del actual presidente estadounidense, Joe Biden, también sin pruebas.

Antes era la pandemia, ahora la guerra

A partir de ese primer tuit, la teoría de que Ucrania tiene laboratorios de armas biológicas financiados por Estados Unidos empezó a correr por redes, pasó al programa de 'Fox News' y las agencias de 'fact-checking' han constatado que esta transformación ha traspasado fronteras. 

En España, Verificat ha identificado varios casos como, por ejemplo, el de Beatriz Talegón o El Darrer Far. La miembro del consejo editor de 'Diario 16' y colaboradora en diferentes medios de comunicación catalanes como 'El Nacional' compatibiliza la narrativa antivacunas con mensajes engañosos sobre la guerra en Ucrania. Tras afirmar que “las vacunas no están aprobadas” o dar por válidos los datos de VAERS como representativos de los efectos reales de la vacuna en contra del criterio científico, en las últimas semanas también ha difundido un mapa de las bases de la OTAN que no se correspondía con la realidad y el cual sobredimensionaba la presencia de la Alianza Atlántica alrededor de Rusia. Además, seis días después del comienzo de la invasión rusa, compartió un artículo que secundaba la teoría de los laboratorios biológicos en Ucrania.

La plataforma de verificación Maldita.es ha corroborado que diferentes canales de Telegram en castellano con miles de suscriptores, como el de Rafael Palacios, también han experimentado una evolución similar. Rafapal, como se hace llamar en redes sociales, ha difundido todo tipo de bulos desde el inicio de la pandemia y, según explica Maldita.es, ahora incluso ha vuelto a compartir contenido falso que ya se había viralizado relacionado con el covid-19 y que ahora ha tratado de difundir como si fueran imágenes de la guerra en Ucrania. 

Es el caso de un vídeo en el que una persona se mueve en pleno directo de televisión cuando supuestamente se trataba de un cadáver dentro de una bolsa, unas imágenes que se viralizaron como si fueran víctimas falsas de covid-19 y que ahora Rafael Palacios las comparte como un caso de manipulación periodística referente a Ucrania. Sin embargo, la realidad es que son imágenes de unas protestas de apoyo a la lucha contra la crisis climática.

En Italia, 'Facta' publicó un artículo sobre "el caso de la red MAG24", una plataforma "ahora cercana a la propaganda rusa" que ha compartido varias noticias falsas sobre la guerra en Ucrania, pero que ya era conocida por la desinformación sobre el covid-19 publicada en los últimos dos años. Esta tendencia se repite en otros países de Europa.

Las mentiras sobre el laboratorio de Wuhan

El creciente protagonismo de los supuestos laboratorios biológicos en territorio ucraniano es comparable con la atención que recibió tras la irrupción de la pandemia el Instituto de Virología de Wuhan, el cual también fue objeto de diversas teorías infundadas. 

Un documental titulado 'The Big Reset' ('El gran reinicio', en inglés), que se viralizó en redes sociales y afirmaba que la pandemia es una "campaña mediática del miedo" orquestado por grupos de poder con el objetivo de eliminar derechos y libertades fundamentales, sostenía que "Wuhan es un laboratorio de guerra dedicado a la seguridad nacional". Sin embargo, se trata de un laboratorio de alto nivel de bioseguridad centrado en varios campos de investigación que forma parte del gobierno chino, y no de un centro bélico.

Otro de los mensajes que se viralizaron aseguraba que “el laboratorio biológico de Wuhan es propiedad de GlaxoSmithKline [GSK], que es propietaria de Pfizer”. No obstante, se trataba de una afirmación falsa. La teoría de que el SARS-CoV-2 es un virus artificial creado en un laboratorio se viralizó en España tras la aparición en el programa 'Cuarto Milenio' de Li-Meng Yan, que fue viróloga de la Universidad de Hong Kong. Sin embargo, Verificat ya explicó que se trataba de una declaración infundada que circula desde el inicio de la pandemia y que ha sido revocada por científicos y autoridades de la salud de todo el mundo.


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