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Petro, el ‘outsider’ más temido en Colombia | Elecciones 2022

Antiguo guerrillero del M-19, antiguo alcalde de Bogotá e indiscutible jefe de filas de la izquierda colombiana, Gustavo Petro se perfila como el próximo presidente tras las primarias y legislativas del pasado domingo en Colombia. El país se inclina hacia el cambio tras la desastrosa presidencia de Iván Duque, pero sus ideas populistas asustan a una parte de la población

Petro, el domingo, en el puesto de votación.

Petro, el domingo, en el puesto de votación.

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Gustavo Petro: ese es el nombre que más se pronuncia desde el pasado domingo en Colombia. Antiguo guerrillero, antiguo alcalde de Bogotá y líder indiscutible de la izquierda colombiana en los últimos años, Petro hizo una demostración de fuerza en la jornada de primarias previa a las presidenciales del 29 de mayo que lo sitúa en una posición idónea para convertirse en el próximo presidente de Colombia. Petro barrió. El exalcalde ya es oficialmente candidato a la presidencia, y sus principales rivales serán Sergio Fajardo y Federico Gutiérrez, 'Fico', ganadores de las consultas de centro y derecha respectivamente. En su discurso del domingo, eufórico, Petro mostró su determinación de ganar las presidenciales en la primera vuelta sacando más de la mitad de los votos. Más le vale. Lo último que le conviene es pasar a una segunda vuelta del tipo “todos contra Petro”. Porque los que lo quieren, lo quieren, y los que no, lo detestan.

“Gustavo Petro casi que duplicó su resultado en las consultas de hace cuatro años y está muy cerca de alcanzar la Casa de Nariño. Sin embargo, tendrá que lograr apoyos de centro, pues aunque masiva, esa votación no le alcanza”, señalaba el editorial del diario ‘El Espectador’ del lunes. En efecto, cuatro años han pasado desde que Petro perdió en segunda vuelta contra el actual presidente, un Iván Duque aupado por ese sentimiento antiPetro y protagonista de una de las presidencias más mediocres que se recuerden. Aparte de las virtudes de Petro, nadie desconoce que la derecha uribista le ha hecho un gran favor por la vía de la pésima gestión de Duque.

“Este país está desesperado”, dice la escritora y columnista de ‘El Espectador’ Piedad Bonnett. “Duque lo ha hecho tan mal que la gente quiere ante todo un cambio de rumbo, y Petro, sin ser realmente carismático, tiene la astucia de los mejores políticos. Creo que es el único con un discurso atractivo y sólido, pero sobre todo atractivo, porque sólido también lo tiene Fajardo”. En la misma dirección apunta el historiador Carlos Granés: “La presidencia de Duque dejó insatisfecha a muchísima gente, fue bastante mediocre y el país salió desencuadernado. La mayor fuente de esperanza para los jóvenes era el proceso de paz, pero este gobierno lo descuidó de la forma más estúpida y suicida, lo que generó una frustración enorme y la consecuente necesidad de cambio”. El autor de ‘Delirio americano’, magnífico fresco de la política y cultura latinoamericanas del siglo XX, dice que a esto hay que sumar “la estupidez que hicieron con la reforma tributaria y el manejo posterior de las protestas, que aumentaron el deseo de cambio”, y explica que “Petro ha jugado muy bien el papel de ‘outsider’ que viene a llevar a cabo ese cambio”. Lo cual tiene valor, habida cuenta de que es, en cierto modo, “el político más tradicional. Es, de todos los candidatos, el que más tiempo lleva en el Congreso”.

¿Necesitaba Petro de una presidencia desastrosa para convertirse en alternativa plausible? Viendo su trayectoria, no parece tan evidente. Como dice Granés, lleva años revalidando su escaño en el Congreso, fue alcalde de Bogotá (el segundo puesto en importancia del país después de la presidencia) y hace cuatro años ya disputó la segunda vuelta de las presidenciales frente a Duque. Ha tenido, como se suele decir, una trayectoria ascendente, que ahora parece estar en su punto más alto. Sin duda, la sombra de una presidencia de Petro ha puesto en alerta a las clases altas colombianas, que ven en la posible llegada del exalcalde a la Casa de Nariño una amenaza a sus privilegios. El candidato ha cometido los suficientes errores y hecho las suficientes declaraciones desafortunadas como para que ese temor no sea una simple paranoia.

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“Petro es un tipo de impulsos que tiene ideas populistas casi de personaje folclórico, como hacer un tren elevado entre Buenaventura y Barranquilla, una cosa que ni se necesita”, dice Bonnett. “Es muy errático en cuestiones económicas, pero está dispuesto a hacer un cambio radical y eso resulta atractivo para muchos colombianos”. La economía, justamente, explica Granés, es su talón de Aquiles. “Petro tiene ideas como la de intervenir el Banco de la República (el banco central) e imprimir dinero. Para quienes entienden las implicaciones que tiene esto esa es la idea ‘petrista’ que más asusta, que el Banco de la República quede en manos del Ejecutivo y que Petro empiece a emitir moneda cada vez que quiera para financiar sus proyectos sociales, lo cual, como ya se ha demostrado, es la manera más expedita de empobrecer un país”.

El domingo no solo se dirimieron los nombres de quienes van a encabezar las coaliciones de izquierda (Pacto Histórico), centro (Centro Esperanza) y derecha (Equipo por Colombia), sino que hubo elecciones legislativas. Tan presidencialista es este país que prácticamente pasaron desapercibidas, pero allí también hubo victoria de Petro, que colocó al Pacto como primera fuerza en el Senado. Dicho esto, será un Senado fragmentado, y puede que esa sea la verdadera foto del momento político que vive Colombia. ¿Es Petro el presidente que necesita el país en estos momentos? Millones de personas dicen que sí y millones que no. De la elección de su fórmula vicepresidencial y de las alianzas que pueda tejer en los próximos dos meses depende en buena parte su suerte. Si gana, vendrán tiempos de cambio.

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