Entrevista

Adela Muñoz: "Cada pensador de la Edad Moderna escribió su propio manual de caza de brujas”

La ensayista española se sumerge en la locura que supuso la caza de brujas en Europa en 'Brujas. La locura de Europa en la Edad Moderna' (Debate), y desmonta varios mitos, por ejemplo que tuvo lugar durante la Edad Media, o que España fue su epicentro, o que la Inquisición española fue el más despiadado de sus brazos ejecutores. Unas 100.000 personas fueron procesadas y más de 50.000 ejecutadas acusadas de brujería, la mayoría mujeres. Muñoz Páez explica cuándo, cómo, dónde y por qué.

Adela Muñoz Páez.

Adela Muñoz Páez. / Javier Díaz

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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-Empecemos por lo básico: ¿qué es una bruja? ¿Existen las brujas?

-Mire, yo resumo diciendo que para mí las brujas más reales fueron las de las obras de Cervantes y Shakespeare, porque ambos les dieron verosimilitud. Por lo demás… Todas las historias de brujas son un invento. Al principio se hicieron para reprimir a las mujeres, y luego a todas las personas que resultaban incómodas o no encajaban. Así que sí, son un invento. Para mí, desde luego, las más geniales son las de Cervantes, que son escépticas, que ni siquiera ellas mismas se creen lo que dicen que hacen.

-Hablamos de 100.000 personas procesadas en Europa durante la Edad Moderna, entre los siglos XV y XVII, y entre 50.000 y 60.000 ejecutadas durante casi 300 años. ¿Qué papel desempeñó el pensamiento mágico en todo ello?

-El pensamiento mágico jugó un papel esencial. Había muchísima gente convencida de que sus desgracias eran debidas a la intervención del maligno, y que las intermediarias del maligno eran las brujas.

"Todas las historias de brujas son un invento"

-Brujas. No brujos.

-Exacto. ¿Por qué mujeres? Pues por la misoginia que la Iglesia fue cultivando a los largo de los siglos, arrastrando a las mentes más brillantes a ello. Alguna vez me han preguntado si el primer objetivo de la caza de brujas era sojuzgar a las mujeres, pero no hacía falta porque las mujeres estaban totalmente sometidas. Lo que hacía falta era conjurar el miedo que los hombres tenían al poder de seducción que ejercían sobre ellos. Las mujeres estaban sojuzgadas, pero lo que el hombre no tenía sojuzgado era su propio deseo sexual, y esto en una época en que había una gran represión sexual, particularmente en el clero.

-El libro desmonta varios lugares comunes. Que lo más álgido de la caza de brujas ocurrió en la Edad Media, por ejemplo. Mentira. Fue en la Edad Moderna. O que España fue el epicentro. O que la Inquisición española actuó de forma brutal.

-La Inquisición era un sistema muy centralizado. Dependiendo del momento histórico había entre 10 y 25 tribunales inquisitoriales, pero todos tenían que responder ante el Consejo de la Suprema Inquisición. Casos como los que se dieron en Alemania, donde un tribunal local detenía, interrogaba y ejecutaba a una víctima en el plazo de dos meses en España eran impensables, porque había unos protocolos, y las condenas a muerte debían tener el visto bueno del Consejo. Esto daba unas garantías jurídicas que no existieron en el resto de Europa.

"Las mujeres estaban sojuzgadas, pero lo que el hombre no tenía sojuzgado era su propio deseo sexual"

-Además, según explica en el libro, la Inquisición española no tenía especial interés en las brujas.

-Eso, el objetivo de la Inquisición no eran las brujas. De hecho, era completamente escéptica con respecto a su existencia. Su objetivo eran los judíos, los moriscos, los protestantes y los librepensadores. Además, en 1614, gracias al trabajo de investigación de uno de sus inquisidores más brillantes, Alonso de Salazar Frías, que les dio las pruebas de que los aquelarres y todo lo demás eran imaginaciones, de que las brujas no existían, la Suprema envió una carta a todos sus tribunales para que no se persiguieran ni ejecutaran más brujas. Y así fue, a partir de entonces no se mató ninguna bruja más bajo la jurisdicción de la Inquisición. Para mí la gran sorpresa no fue tanto descubrir esto como que siga siendo tan desconocido, cuando está publicado por historiadores de enorme prestigio desde hace más de un siglo.

-Llama la atención que en ese oasis que fue España, Catalunya fuera el epicentro de la persecución de brujas. Además, de Catalunya era Nicolau Eimeric. ¿Cuál fue el caldo de cultivo para que ocurriera eso?

-Bueno, el caso de Eimeric fue singular, porque fue quien publicó el ‘Directorium inquisitorum’, precursor del gran libro de la caza de brujas que fue ‘El martillo de las brujas’, todo un ‘best-seller’ de su tiempo. Eimeric, de hecho, creó una escuela que luego siguieron otros muchos demonólogos y sirvió como guía tanto intelectual como de procedimiento para cazar brujas. Aconsejó sobre las formas de proceder en los interrogatorios, las torturas, los procesos judiciales...

"El objetivo de la Inquisición no eran las brujas. De hecho, era completamente escéptica con respecto a su existencia"

-Pero no tiene nada que ver con el hecho de que Catalunya…

-No. Cuando hablamos del lugar de España donde hubo el mayor número de víctimas, Catalunya, estamos ya unos siglos después y aquí tenemos un hecho diferenciador, y es que en Catalunya no reconocían la autoridad jurídica de la Inquisición. Los tribunales locales, normalmente laicos, fueron autónomos a la hora de enjuiciar y condenar a las brujas. Por eso, mientras que en el resto de España hubo en torno a 30 personas ajusticiadas con la acusación de brujería, en Catalunya, según estudios recientes de historiadores como Pau Castell, el número supera las 400. Comparado con Alemania es anecdótico, porque en Alemania estamos hablando de 25.000, pero comparado con 30, 400 ya es un número bastante considerable.

-La resolución del Parlament de Catalunya que repara la memoria de las mujeres condenadas por brujería, ¿qué le parece?

-Me parece que es un ejercicio sano que una sociedad reconozca que actuó de forma injusta y ofrezca reparación a las víctimas. Conocer la historia del propio pueblo es importante ya no por no repetirla, sino para que el pueblo sea consciente de su propia andadura.

"Mientras que en el resto de España hubo en torno a 30 personas ajusticiadas por brujería, en Catalunya el número supera las 400"

-Hablando de libros, no solo es que ‘El martillo de las brujas’ fuera un ‘best-seller’, sino que, según cuenta en el libro, hubo competencia editorial por escribir manuales de caza de brujas.

-Los tratados demonológicos fueron unos textos muy difundidos. El gran avance tecnológico para la difusión del pensamiento y la cultura que fue la imprenta sirvió también para difundir libros como ‘El martillo de las brujas’, este manual de persecución, captura, acusación, tormento y ejecución de las brujas. Pero no fue el único. Casi cada juez, cada pensador y cada filósofo escribió su propio manual. El jesuita Martín del Río, por ejemplo, que era una mente brillantísima, educado en Holanda, consejero de Felipe II, políglota, escribió uno de los tratados demonológicos que dio este soporte intelectuala la caza, que justificaba el por qué, la necesidad de perseguirlas y erradicarlas. Pero hubo muchísimos. Resulta espeluznante pensar cómo alguien culto y con una mente brillante podía escribir semejantes atrocidades.

-Muchas comadronas, sanadoras y médicas fueron acusadas de brujería. ¿Qué mecanismos mentales y sociales entraban en juego en estas acusaciones en particular?

-Mire, desde que se tiene constancia, en las sociedades más antiguas, el cuidado de las personas era tarea clásicamente de las mujeres. Era dominio femenino, pero en el momento en que se vislumbró el beneficio económico las mujeres fueron apartadas, eliminadas, porque se les prohibía el acceso a las universidades, que eran las que daban los títulos, y sin título se les prohibía ejercer. Un ejemplo típico de esa exclusión fue el caso de Jacoba Félicié, que fue acusada de bruja en la Universidad de París por el hecho de ejercer la medicina de forma excelente, pero sin título.

"Los tratados demonológicos fueron unos textos muy difundidos"

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-La Reforma, y la consecuente escisión entre protestantes y católicos, ¿echó más leña al fuego en la Europa que cazaba brujas?

-Yo creo que el gran cambio social que trajo el hecho de que el monopolio de los fieles dejara de ser detentado por el Papado de Roma e irrumpiera una nueva forma de creer y adorar a Dios causó una inestabilidad social enorme. Que, por supuesto, aumentó cuando esas diferencias religiosas se transformaron en guerras. Las zonas limítrofes entre los territorios protestantes y católicos fue donde hubo una mayor crueldad en la persecución y caza de brujas, y uno de los factores posiblemente fue la necesidad de demostrar a los propios fieles que se era más intransigente en la persecución de las brujas. Porque todos creían en ellas, eso sí. Los católicos, los protestantes, todos.

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