Entre el siglo XV y el XVIII

¿Cuántas mujeres fueron ejecutadas en Catalunya acusadas de brujas?

El Parlament debate este miércoles reparar históricamente la memoria de las víctimas de centenares de feminicidios

Ilustración de la exposición 'Por bruja y envenenadora. La caza de brujas en Catalunya'

Ilustración de la exposición 'Por bruja y envenenadora. La caza de brujas en Catalunya' / MHC

Efe / Lara Malvesí

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La caza de brujas en Catalunya dejó centenares de feminicidios documentados tras investigaciones historiográficas que muestran una sociedad feudal y descentralizada donde las mujeres con conocimientos médicos, viudas o no normativas eran acusadas de brujería y asesinadas con la connivencia social.

Precisamente, el pleno del Parlament de este miércoles debatirá una propuesta de resolución que aboga por "reparar la memoria histórica" de las mujeres "injustamente condenadas y ejecutadas" por supuestamente dedicarse a la brujería en el pasado.

El historiador experto en la Edad Media y la historia Moderna Pau Castell, de la Universitat de Barcelona, ha pasado los últimos 15 años realizando el trabajo de "hormiguita" de revisar decenas de archivos municipales, donde ha encontrado prolija documentación de ejecuciones a mujeres en juicios por el crimen de brujería.

En el Vall d'Àneu

De hecho, en el Vall d'Àneu, en la comarca del Pallars Sobirà (Lleida), uno de los lugares con más ejecuciones, se aprobó la ley contra el crimen de 'brujería' más antigua de Europa, datada en 1424.

Castell ha explicado a Efe que el fenómeno de la caza o cacería de brujas se enmarca en el tiempo entre el siglo XV y el XVIII y es uno de los más relevantes en número de juicios y asesinatos en la horca del continente, a pesar de que en el imaginario popular las brujas a menudo se han relacionado más con lugares como Navarra o incluso Galicia y sus meigas.

En actas municipales y otra documentación local aparecen las memorias de los juicios por "brujería", un delito "imaginario", destaca Castell, quien explica que a menudo a estas mujeres se las culpaba de las muertes de niños en el pueblo o de catástrofes climáticas que echaban a perder las cosechas.

Pero, ¿por qué en Catalunya? El historiador apunta que facilitó el fenómeno, por un lado, el trasiego de personas foráneas que llegaban a los pueblos del Pirineo de lugares como Occitania y, por otro, que se tratara de un territorio feudal donde los alcaldes tenían poder absoluto y nadie revisaba unos juicios donde no había más prueba que una confesión de la propia mujer tras someterla a torturas.

La horca

Curiosamente, se usaba la horca y no la quema, más propia de la inquisición, institución que en la región que hoy es Catalunya tenía escaso poder, lo que paradójicamente era negativo para esas mujeres dado que esos tribunales sí exigían ciertas "pruebas".

De hecho, en los juicios en los que se involucró a la inquisición a menudo esas mujeres fueron libradas de la ejecución por la inconsistencia del caso, explica Castell.

Tanto el historiador como Núria Morelló, antropóloga feminista que ha estudiado el perfil de las asesinadas, destacan que había personas de todo tipo, si bien una amplia mayoría eran mujeres acusadas de hacer brujerías y magia, lo que en la práctica significaba tener conocimientos medicinales, o bien mujeres no normativas, a las que el poder local sentía como una amenaza, así como viudas o mujeres con sus propios bienes.

Las investigaciones historiográficas revelan que poco se parece la realidad de las mujeres acusadas de brujas de la imagen icónica de las películas y la cultura popular: la mujer vieja, fea, encorvada, que se pasea en escoba y es malvada.

La sexualización

La periodista Ivet Eroles, autora de 'Dones al marge. Bruixes i altres històries d'estigma i oblit' (Ed. Fonoll), llama la atención sobre el nacimiento del mito de la maldad femenina y destaca la sexualización de la brujería, pues en el arquetipo se incluía la concepción de mujer lujuriosa.

Más allá, a propósito de las lecturas que pueden hacerse en la actualidad de aquel fenómeno, la escritora subraya el hecho de que fueran los vecinos de esas mujeres los primeros en acusarlas y tener connivencia con aquellos sucesos atroces.

"Una proclama habitual en las manifestaciones feministas es aquello de 'Somos las nietas de las mujeres que no conseguisteis quemar'. Pues más bien somos los nietos de aquellos que las asesinaron. Somos herederos de los opresores, y conviene tenerlo en cuenta y reconocernos como corresponsables de los abusos. Eso nos hace tener un papel más activo y consecuente sobre lo sucedido", ha dicho Eroles.

Castell está participando en la recopilación archivista para realizar un listado de mujeres asesinadas por 'brujas', un proceso de memoria que ya se ha llevado a cabo en otros lugares de Europa.

Si bien el siglo XVIII queda muy atrás, el historiador llama la atención sobre que los agravios misóginos a mujeres consideradas descendientes de brujas llega prácticamente a nuestro días y cuenta que hace 15 años, en un pueblecito del Pallars, a una mujer mayor "le cambió la cara" cuando le preguntó si había oído hablar de la "bruja Rugalla".

Margarida Rugall nació en la Vall Fosca en el siglo XVI y a lo largo de su vida fue juzgada varias veces por bruja y finalmente sentenciada como tal el 4 de enero de 1548 ante un tribunal civil presidido por el procurador general del Marquesado del Pallars.

Este miércoles 26 de enero los diputados del Parlament catalán debatirán reparar históricamente su memoria y la de otras muchas mujeres asesinadas por ser consideradas brujas.